Autor Tema: [Fan Fic] Pokémon Mundo Misterioso El gen divino y el reino entre las montañas  (Leído 1170 veces)

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lucianomaureira

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Primero que nada, les recomiendo que lean este Fan Fic en versión PDF, ya que ese fue el formato planeado y en mi opinión se ve mejor. Pueden conseguir dicha versión en mi página. Sin más que agregar, empecemos.


Saga 1: El equipo Serafín

Capítulo 1: Una casa en el árbol.
PDF: http://www.mediafire.com/view/9fupzrxzlmmdcq5/Pok%C3%A9mon+Mundo+Misterioso+El+gen+divino+y+el+reino+entre+las+monta%C3%B1as+-+Cap%C3%ADtulo+1.pdf

 Los Pokémon, criaturas asombrosas con poderes extraordinarios, cada Pokémon tiene cierta porción de poder sobre los elementos de la naturaleza que se clasifican en 18 diferentes tipos elementales conocidos hasta el momento. Los humanos han sido capaces de formar fuertes lazos con los Pokémon, cooperan en trabajo, hogar, concursos y sobre todo en combates, los cuales fortalecen al Pokémon y llenan de fama y victorias al entrenador. Lamentablemente no todo es color de rosas; existen personas que abusan de los Pokémon con fines malvados alejándolos de sus seres queridos, obligándolos a trabajar sin descanso, llevándolos incluso a la muerte. Pero no todos los Pokémon están dispuestos a soportar esta insolencia de parte de los humanos…
   En una región muy lejana y grande llamada Megalo, existe un pequeño pueblo donde humanos y Pokémon habitan tranquilamente, el pueblo Eirini. En aquel lugar, vivía un joven de unos 13 años aproximadamente, de cabello verde y ojos negros, siempre usaba un sombrero de paja, una polera manga corta naranja, unos pantalones de un verde muy oscuro y unas sandalias marrones; su nombre era Greg, y en el pueblo se destacaba por la facilidad con la que los Pokémon se encariñaban con él y por su gran afán de intentar ayudar a todo el mundo. Pero a pesar de que muchos Pokémon salvajes le tenían cariño y varios prácticamente vivían con él, jamás había capturado uno, el único al que podía considerar oficialmente suyo era a Bruce, un Gligar un tanto torpe pero muy juguetón que le atrapó su padre con una Honor Ball cuando Greg era más pequeño con el fin que aprendiese a capturar Pokémon salvajes.
Un día cualquiera, una anciana del pueblo le pidió ayuda a Greg para llevar sus cañas de pescar al lago Exomalynoun, y Greg, como de costumbre, aceptó. Tras unos 10 minutos de caminata fuera del pueblo, Greg y la anciana llegaron al lago Exomalynoun; era enorme y tranquilo, pero sobre todo bello. Estaba muy bien oculto entre los árboles y las montañas de alrededor, un verdadero paraíso donde el hombre jamás había metido sus manos, sin embargo, lo que más llamó la atención de Greg fue una pequeña isla con un enorme árbol en medio del lago, una zona tan aislada que ni los Pokémon vivían ahí, lo cual hizo que Greg le preguntara muy apresurado a la anciana:
-¡Señora, disculpe! ¿¡Alguien es dueño de esa islita del lago!?
-No, solo unas cuantas personas conocen este lugar, los negocios, empresas, compra de terrenos y esas cosas no llegan hasta este lugar tan aislado.
   Apenas Greg llegó a su casa comenzó a hacer planes y dibujos para construir en aquél gran árbol, una casa para él y sus amigos, y ya con ideas claras y sus especificaciones dibujadas, fue a buscar a sus amigos para hacer de su proyecto una realidad. Con ayuda de los Kricketune y Carnivine cortaron árboles de lo profundo del bosque, Maractus y Gurdurr usaron Pin misil y Roca afilada para clavar los troncos, y con los Látigo cepa y Disparo demora de los Tangela y Spinarak amarraron los troncos uno tras otro creando una enorme balsa la cual llevaron al lago Exomalynoun entre Greg, un Vigoroth y un Makuhita. Ya en el lago, unos 15 Pokémon terrestres se subieron a la balsa con Greg, los Pokémon acuáticos fueron empujando la balsa desde la orilla del lago a la isla y los Pokémon voladores se fueron volando cerca de Greg. Ya en la isla, Greg y Bruce escalaron el árbol para asegurarse de la firmeza del tronco y las ramas, y una vez seguros entre todos comenzaron a buscar materiales y herramientas para comenzar a construir la casa en el árbol de nuestro protagonista.
   Fue un trabajo duro tanto para Greg como para los Pokémon, pero tras poco más de un mes de trabajo, lograron terminar su casa en el árbol, solo faltaba decorarla, así que un Vigoroth, Bruce y Greg fueron a la casa de este último, a buscar un viejo sofá que ya no ocupaban y una televisión portátil que tenían en su garaje. Estando en la orilla del lago, Greg volteó para apreciar la casa del árbol ya terminada, logrando apreciar que detrás de ella, en el cielo, que se acercaban unas enormes nubes negras, haciéndolo pensar por un segundo si avisarle a sus amigos de la lluvia que vendría, pero al final, no lo consideró necesario, sin embargo, fue lo más rápido posible a su casa a buscar sus cosas y que no los alcanzara la lluvia antes de volver con las cosas. Greg y el Vigoroth se llevaron el sofá y Bruce de llevó la pequeña televisión, cuando llegaron al lago Exomalynoun ya estaba lloviendo y Pokémon acuáticos, felices de la vida por las gotas que caían del cielo, estaban esperándolos, así que muy velozmente se subieron a la balsa para ir a la casa del árbol donde acomodaron la televisión, pusieron el sofá y se sentaron todos en él a ver la televisión hasta que se quedaron dormidos por el cansancio acumulado de todos los días de trabajo.
Tras un buen rato durmiendo, Greg despertó por el sutil gruñido de un Pokémon a lo lejos, haciendo que Greg mirara por la ventana logrando apreciar que la llovizna se había tornado en una tormenta y que en medio de las agitadas aguas del lago había un Treecko variocolor ahogándose, por lo que Greg no dudó en bajar de la casa del árbol e ir a ayudarlo, sin embargo, el ruido que Greg hizo al bajar despertó a Bruce, quien se dio cuenta que su entrenador no estaba y salió de la casa siguiéndolo hasta alcanzarlo. Los Pokémon acuáticos que ayudaban a Greg a empujar la balsa estaban durmiendo y siendo situación de vida o muerte, Greg se lanzó a las turbulentas y peligrosas aguas para rescatar al Treecko variocolor, muchas grandes olas empujaron lejos al joven, pero él, perseverantemente siguió hacia el Treecko sin dudarlo hasta estar a un metro del Pokémon, pero para desgracia del chico, un relámpago cayó en una larga y sobresaliente rama del árbol donde estaba su recién construida casa, dicha rama se partió y se precipitó sobre la cabeza de Greg dejándolo inconsciente mientras su cuerpo se hundía hacia las profundidades del lago. Bruce se lanzó desesperado al agua para intentar rescatar a su entrenador, pero al ser un Pokémon tipo tierra no logró soportar semejante cantidad de agua más de unos pocos segundos. Sin saber qué hacer, el Gligar miró desesperado en todas direcciones hasta que algo llamó su atención, el Treecko variocolor que se estaba ahogando ahora estaba levitaba en el aire mientras veía a Greg hundirse, el Pokémon se iluminó y transformó en un Mew que se sumerge en busca de Greg y al momento de tocar su mano una extraña sensación invade al Pokémon, sentía oscuridad en Greg, pero no una oscuridad que provenga de él, sino que una oscuridad que había sido puesta en él por lo que Mew decide quitar esta oscuridad de él en recompensa al amable gesto de intentar rescatarlo y al momento de hacerlo Greg se transformó en un Treecko, Mew lo toma ya transformado y lo saca del agua, quedando a la vista de Bruce donde Mew se encierra a sí mismo y a Greg en una esfera de luz y se teletransportan a otro lugar siendo Bruce el único testigo de todo lo que pasó.
   Al día siguiente Greg despertó tirado en medio de la nada sintiéndose muy extraño, al ver su cuerpo y notar que había transformado en un Treecko se asustó de sobremanera, lo cual lo llevó a creer que lo que estaba viviendo era un sueño, por lo cual se dio un mordisco en la mano para despertar, pero solo quedó con una dolorosa decepción. Tras asegurarse de que su transformación no era un sueño comenzaron las preguntas “¿Cuándo pasó esto? ¿Cómo me transforme en un Treecko? ¿Por qué?” y la más importante en el momento “¿Dónde estoy?”; Greg miraba hacía todos lados pero ni si quiera tenía un indicio de su paradero, estaba en un sector casi sin árboles, con hierba no muy abundante pero tampoco muy escasa, con un inmenso lago frente a él pero que a simple vista se notaba que no era el lago Exomalynoun ya que no se veía la isla con su casa en el árbol, pero lejos lo más destacable de la zona era la exagerada cantidad de cerros y montañas alrededor. Greg se quedó mirando el lugar unos minutos y optó por quedarse bajo un pequeño árbol cercano y esperar a que alguien pasara para no perderse aún más. Al rato, Greg escucho la voz de una chica quejándose, por lo que sin siquiera pensarlo se lanzó en dirección a la voz, cuando llego al lugar vio a una Vulpix entrenando con una Wormadam forma basura, se escondió tras una roca para poder verlas y para su sorpresa ambas podían hablar:
-¿Qué te ha parecido eso Eliana?
-Bastante bien señorita Asumi, se nota su progreso.
-¿Pero en serio o lo dices solo para no hacerme sentir mal? Te prometo que no me enojare.
-Bueno, la verdad le falta un poco de practica pero…
-¡Con que me falta un poco de practica! ¿¡Eh!? ¡Espera a que se lo diga a mi padre!
-¡No señorita! ¡Por favor!...
-Ja, ja, ja, ja, ja. Solo era una broma.
-Por favor señorita Asumi…
   Greg quien seguía detrás de la roca estaba muy asombrado por esta habilidad de la Vulpix y la Wormadam para hablar aunque tras reflexionar un momento entendió que no eran ellas las que hablaban, si no que era él quien ahora, al ser un Treecko podía entenderlas y muy probablemente el también hablara en un lenguaje que solo los Pokémon entienden. Después de sacar sus propias conclusiones Greg se asomó una vez más para observar a la Vulpix y a la Wormadam entrenar, pero para su sorpresa la Vulpix estaba observándolo de frente, por lo que Greg se asusta y se cae hacia atrás, en eso llega la Wormadam y la Vulpix lo comienza a interrogar:
-¿Por qué nos estabas mirando?
-Eh…yo… ¡Me perdí! No sé donde estoy y estaba buscando a alguien, y cuando escuche tu voz vine a ver si me podían ayudar, pero me dio vergüenza y me escondí tras la roca…
-¿Cómo te llamas chico? – Le preguntó la Wormadam.
-Greg, me llamo Greg. – Respondió.
-¿Y de dónde vienes? – Le pregunta la Vulpix.
-De mi hogar, cerca de un lago llamado Exomalynoun. – Respondió Greg para saber que tan lejos se encontraba.
-Nunca en mi vida he escuchado de ese lago. – Respondió la Wormadam para decepción de Greg.
-Joder… ¿Y me podrían decir donde estoy ahora? Esta es la región Megalo ¿No? – Pregunta Greg.
-Sí, esta zona pertenece a los dominios del reino Oreinós en la zona suroeste de Megalo.
-¿¡La zona suroeste!? ¡El lago Exomalynoun está muy lejos de aquí! ¡Se encuentra a setenta y tantos kilómetros de la costa noreste de Megalo! Espere ¿Reino Oreinós? ¿Qué es eso?
-¿¡Cómo es posible que no conozca el reino Oreinós!? Incluso no siendo de Megalo debería por lo menos haber escuchado de él.
-Lo siento, no lo conozco…
-Espera, tengo una pregunta, ¿Cómo llegaste hasta aquí? ¿Cómo te perdiste? – Pregunta la Vulpix.
   Greg lo pensó un momento, ¿Debería contar toda la historia y revelar que es un ser humano que ha sido transformado en Treecko? Sería lo correcto, pero a la vez podrían tratarlo como si estuviese loco o similar. Finalmente, Greg optó por ser lo más honesto posible, omitiendo cualquier información que delatara que él era un ser humano.
-No lo sé, desperté por aquí, no tengo ni idea de cómo llegué. – Responde Greg al fin.
-Es muy extraño, no conoce el reino ni sabe cómo llegó a él. Debe saber, joven Greg, que entrar al reino sin ser parte de él o sin ser invitado al él es casi imposible, incluso volando, excavando, buceando o teletransportandose - Dice la Wormadam un tanto extrañada.
-Eso es cierto, todo el límite del reino está rodeado de feroces guardias y trampas mortíferas. En cualquier caso al ser un forastero deberías dar aviso al rey de tu presencia, de lo contrario pensarán que eres un criminal o algo. – Dice la Vulpix con mucha elocuencia.
-Excelente señorita Asumi, tiene toda la razón. Llevemos al joven Greg con el rey Arthur, quizás pueda ayudarle con respecto a su ubicación. – Tras estas palabras de la Wormadam, los tres Pokémon parten en dirección al rey mientras la Wormadam le hablaba a Greg. – Por cierto joven, no nos hemos presentado correctamente, yo soy Eliana, la compañera de entrenamiento de la señorita Asumi.
-Y yo soy Asumi, la hija del rey Arthur. – Se presenta la Vulpix con Greg.
-¡Guau! Entonces eres una princesa. – Dice Greg asombrado.
-Así es.
-¿Y cómo es la vida de una princesa?
-No es tan distinta a la vida de cualquier otro Pokémon, pero si quieres saber…
-¡Sí, por favor!
   A partir de ahí, Asumi le comienza a contar a Greg todo lo que le implicaba el ser una princesa aprovechando el camino hacia los interiores del reino Oreinós.
   Mientras tanto, en el lago Exomalynoun, Bruce y los demás Pokémon buscaban desesperadamente a Greg, sin tener el más mínimo rastro u sospecha de su paradero. Bruce le había contado al resto de los Pokémon sobre el incidente con el Treecko que se transformó en un Mew, por lo que envió a los Pokémon acuáticos a revisar cada mínimo escondrijo del lago.
-¿Cómo les fue? – Pregunta Bruce muy acelerado.
-No encontramos nada. – Respondió un Poliwag muy triste.
-Entonces…tal vez… ¡Dile a los demás que vengan aquí por favor!
-OK.
   El Poliwag llama a todos los Pokémon amigos de Greg y se reúnen en la casa del árbol donde Bruce los estaba esperando.
-¿Hay noticias de Greg? – Le pregunta un Hoothoot a Bruce.
-No. - Responde Bruce. - Pero tengo algo que preguntarles para ver lo que piensan… ¿Qué pasaría si Greg hubiera sido transformado en un Treecko?
-¿Estas sugiriendo que un humano se transformó en un Pokémon? – Pregunta un Pansear escéptico.
-Sí. Verán, cuando Greg se comenzó a ahogar y el Treecko variocolor se transformó en un Mew, este se sumergió en el agua, hubo un pequeño resplandor y el Mew salió con lo que creo que era un Treecko, se encerró a él y al Treecko en una esfera de luz y desaparecieron. No había dicho nada antes porque no entendía lo que había pasado, quede de piedra al ver al Treecko variocolor transformándose en un Mew. No sé… No se ocurren muchas cosas… Pero no tiene sentido que el Mew fuera a buscar a Greg y saliera con un Treecko…
   Todos callaron un momento hasta que un pequeño Caterpie rompió el silencio contando una anécdota:
-Una vez, mi abuelo me contó una leyenda de un humano que se transformó en un Torchic, que junto a su Mudkip amigo, se convirtieron en un increíble equipo de rescate, a tal punto que vencieron a un Rayquaza para convencerlo de que destruyera un meteorito gigante que impactaría en este planeta destruyéndolo todo.
-A mí también me contaron una historia. – Dice un Chatot que estaba en la ventana. – Una leyenda de un humano que se convertía en un Piplup, se hacía colega de un Chimchar, se unían a una organización llamada Pokegremio, se volvían un equipo explorador y vencían a un extraño Dialga y posteriormente a un Darkrai que quería sumir el mundo en una eterna oscuridad.
-En otras palabras,… - Dice el Caterpie. - …ha habido humanos transformados en Pokémon. Quizás esas leyendas son ciertas, quizás esas transformaciones si son posibles.
-Eso quiere decir que ese Treecko que sacó el Mew, sí era Greg. – Dice Bruce. – No puedo dejarlo, debo buscarlo, es mi mejor amigo.
-Pero si Greg se transformó en un Treecko, ¿Cómo lo hallarás? No puedes ir buscando Treecko por Treecko, tendrías que recorrer el mundo entero. – Le dice un Furret preocupado a Bruce.
-Yo tengo una idea. - Dice un Elgyem que estaba en la casa del árbol. - Si buscas Treecko por Treecko, no lo encontraras nunca, pero si buscas a Mew, que es un Pokémon legendario y por ende, famoso, podrías terminar encontrando a Greg tambien.
-¡Sí, es cierto! – Exclama un Hoothoot. – ¡Yo sé donde podría estar Mew! ¡En el reino Oneinós! Dicen que tiene algunos amigos ahí.
-¿Y qué tan lejos queda el reino Oreinós? – Le pregunta Bruce al Hoothoot.
-En la zona suroeste de Megalo, oculto entre las montañas, pero es un sendero peligroso, dicen que de camino al reino hay feroces Pokémon, eso sin mencionar que en la entrada del reino hay un enorme guardia que se come a todo aquel que intenta pasar sin permiso.
-En ese caso iré solo.
-¡Pero eso es suicidio! – Le reclama un Vigoroth. - ¡Deberíamos ir mínimo 10!
-Sí, pero los Pokémon voladores de aquí son muy débiles, los terrestres y acuáticos retrasarían mucho el viaje cuando mi intención es ir y volver lo más rápido que pueda, sin mencionar que soy el más cercano a Greg.
   Todos los Pokémon fueron a abrazar a Bruce antes de su viaje, el Caterpie usó su Disparo Demora para que Bruce pudiera llevar su Honor Ball a modo de collar y antes de salir volando de la casa del árbol, Bruce les promete volver con Greg, sin embargo, Bruce sale volando en la dirección contraria por lo que el Chatot tuvo que ir e indicarle que iba en el sentido opuesto.
   Mientras tanto, Greg, Asumi y Eliana ya habían llegado a la zona urbana del reino Oreinós, era una cordillera agujerada que por fuera tenía varias terrazas y caminos hechos de madera, mientras que por dentro estaba lleno de antorchas y soportes hechos con cuerdas y troncos. Greg estaba sorprendido de sobremanera al ver un lugar de similares características hecho por Pokémon. Los 3 siguieron uno de los numerosos caminos en el interior de la cordillera hasta llegar a una gran sala ubicada en la cima de la montaña más alta, con un gran trono de piedra y un enorme Nidoking con los ojos cerrados, sentado en dicho sillón; el cual al sentir la presencia del Treecko, la Vulpix y la Wormadam, abre sus ojos y se dirige a ellos:
-¡Asumi! ¡Hija mía! ¿Cómo te fue en tu entrenamiento? – Le pregunta muy alegre el Nidoking a Asumi.
-Me fue bien, Eliana es una buena maestra. – Le responde la Vulpix.
-Así me gusta. Muchas gracias por tus servicios Eliana, puedes retirarte.
-Muchas gracias, Rey Arthur. – Dice Eliana despidiéndose del Nidoking dejando en evidencia que él era el rey Arthur.
-¿Mmm? ¿Quién es ese Treecko?
-Ah, sí. Ël es Greg, estaba perdido cerca del lago donde entrenábamos Eliana y yo. – Le responde Asumi.
-¿Perdido? ¿Y de qué parte del reino es?
-No es del reino, ni siquiera lo conocía. – Decía el Vulpix mientras su padre enmudecía.
-…Hija ¿Me podrías dejar un momento a solas con él?
-OK… – Responde Asumi con cierto tono de preocupación. - ¿Necesitas algo más papá?
-Sí, dile a Talía que venga apenas pueda… – Asumi le asiente la cabeza al rey Arthur y lo deja solo con Greg. - …OK Chico, lo podemos hacer de la forma fácil o difícil, ¿Cómo entraste a mí reino y qué es lo que quieres?
-Señor, no tengo la más mínima idea de que hago aquí, yo soy del lago Exomalynoun, desperté en este lugar y solo quiero volver, le quería pedir su ayuda para conocer mi ubicación y saber donde tengo que ir para volver. – Le explica Greg al rey Arthur, muy asustado.
-¿El lago Exomalynoun? ¡Es imposible! ¡Un Crobat se demoraría más de 10 horas en llegar! A menos que tengas alguien que te teletransporte no hay manera de que llegues a mi reino, e incluso si te teletransportas no hay forma de que mis vigilantes psíquicos no te detectaran.
-Le juro señor, que no sé cómo…
-¡Silencio! ¡Marcel, ven! – Tras este grito del rey Arthur, un Mr. Mime subió e inmediatamente le hizo una reverencia al rey. – Quiero saber si este chico está mintiendo. – El Mr. Mime tomó los brazos del Treecko y presionó con sus dedos pulgares las muñecas de Greg, bajo las palmas de sus manos. – Comencemos otra vez, ¿Cuál es tu nombre?
-Greg.
-¿Qué edad tienes?
-13 años.
-¿De dónde eres?
-Del noreste de Megalo, cerca del lago Exomalynoun.
-¿Cómo llegaste aquí?
-No lo sé, solo desperté aquí.
-¿Cuáles son tus intensiones aquí?
-Volver a mi casa.
El rey Arthur mira a Marcel, el Mr. Mime, y este le dice:
-No mintió.
   El rey se sienta en su trono de piedra y se queda mirando a Greg un momento, le dice al Mr. Mime que se retire y se dirige a Greg una vez más:
-Puedes retirarte, pero no te acerques a mi hija.
   Greg se va de la sala del rey mientras una Musharna entraba a ella, al verla llegar, Arthur le habla:
-Talía, mi vieja amiga.
-Buenos días mi rey. – Le responde Talía, la Musharna.
-¿Viste a ese Treecko que iba bajando?
-Por supuesto.
-Me está ocultando algo, dice que viene de el extremo noreste de Megalo y de la noche a la mañana despertó en los terrenos de mi reino.
-Y quiere que investigue sus sueños, ¿No?
-Precisamente. No me parece peligroso, hasta me parece un buen muchacho, bastante respetuoso.
-¿Entonces por qué?
-Quiero saber cómo entró a mi reino y evitar que alguien más lo haga sin mi permiso.

« Última modificación: 10 de Agosto de 2015, 02:47:18 am por lucianomaureira »


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lucianomaureira

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Re:[Fan Fic] Pokémon Mundo Misterioso El gen divino y el reino entre las montañas
« Respuesta #1 en: 10 de Agosto de 2015, 03:16:26 am »
Capítulo 2: La princesa Asumi.
PDF: http://www.mediafire.com/view/9xp7v5y096k8bs0/Pok%C3%A9mon_Mundo_Misterioso_El_gen_divino_y_el_reino_entre_las_monta%C3%B1as_-_Cap%C3%ADtulo_2.pdf

   Greg, quien se había ido de la sala del rey Arthur, se topa con Asumi, la cual alegre le pregunta:
-¿Cómo te fue? – El Treecko recuerda que el rey le dijo que no se acercase a Asumi.
-Lo siento Asumi, yo… - Le respondía Greg hasta que la Vulpix lo interrumpe.
-Te dijo que te alejaras de mí, ¿No?
-Sí, perdona…
-No te preocupes, él es así, no tiene nada en contra tuya.
-Aun así me preocupa que nos vea juntos, probablemente me mate o algo.
-Bueno, no te acerques a mí, yo me acercaré a ti, así no estarías desobedeciendo a mi papá.
-¿Por qué tienes tanto interés en mí?
-No lo sé, eres misterioso, pero no pareces ser un mal Pokémon, sin mencionar que tampoco pareces muy fuerte.
-¿No parezco fuerte?
-No, además eres de tipo planta y yo soy de tipo fuego, tengo ventajas de tipo en caso de que quieras intentar algo. – Greg recordó que ahora que era un Pokémon seguramente tenía las habilidades de uno, por lo que sonriéndole a Asumi le pregunta.
-Oye Asumi, ¿Me ayudarías a entrenar?
-¿Entrenar?
-Sí, es que jamás he peleado y yo…
-¿¡Jamás has peleado!? ¿¡Qué clase de Pokémon eres!? ¿¡Cuántos años tienes!?
-Tengo 13.
-¿¡13 años y jamás has peleado!? Necesitas urgentemente un poco de entrenamiento, ven conmigo.
Greg siguió a Asumi fuera de las montañas, mientras que en un lugar muy alejado, Bruce volaba hacía el reino Oreinós en busca de su entrenador. Tras un buen rato volando, el Gligar encontró un árbol de bayas Aranja, se llevó un par, salió volando y mientras iba en el aire, observó hacia atrás para apreciar lo mucho que había avanzado, de la misma forma en que al mirar hacia adelante se daba cuenta del infinito camino que le quedaba por recorrer.
Fuera de las montañas del reino Oreinós, Asumi empieza a entrenar a Greg:
-OK Novato,… - Le dice Asumi. - …primero me tienes que decir que ataques tienes.
-No lo sé. – Responde Greg.
-¿¡Qué!? Eso llega al extremo del ridículo.
-Perdón, no he peleado nunca entonces no se qué ataques tiene un Treecko normal.
-Entonces tendremos que probar. Veamos si tienes 3 ataques que suelen saber los Pokémon de nivel inicial: Arañazo, Placaje y Destructor.
-Eres muy lista, ¿Cómo sabes estas cosas?
-Mi papá y sus sirvientes me enseñan de todo. Pero bueno, basta de cháchara, probemos estos 3 ataques haber si puedes hacer alguno.
-Descartemos Arañazo. No tengo garras.
-Entonces con Placaje.
Greg se para frente a un árbol, toma distancia y va corriendo en dirección a él poniendo su hombro para embestirlo, lamentablemente, al momento del impacto, lo único que el Treecko obtuvo fue un brazo resentido y un árbol sin un solo rasguño. Tras un pequeño descanso, nuestro protagonista le preguntó a la princesa como se utilizaba Destructor, ella le explicó que era un ataque que consistía en golpear con sus extremidades, ya sea con sus manos, pies e incluso su cola (En este punto es donde Greg se da cuenta de que ahora tenía una cola); tras esta explicación Greg se para, y por sugerencia de Asumi, usa su cola para efectuar el ataque, ya que era muscularmente superior a sus extremidades. Greg fue corriendo nuevamente al árbol y en el último momento da un salto girando para azotar el árbol con su cola mientras gritaba:
-¡Destructor!
   Dando como resultado del golpe, que el tronco del árbol se quebrara, quedando sin nada de corteza y con un trozo menos de madera en la zona del golpe. Así descubrieron que uno de los ataques de Greg era Destructor, pero los Pokémon incluso estando en un nivel básico suelen tener dos ataques, uno para atacar y otro que sirve como apoyo, por lo que Asumi le dice a nuestro protagonista:
-Algo que es extraño es que los Pokémon nacen sabiendo pelear, lo tienen en su ADN y tú no tenías idea que sabías usar Destructor, ¿No tienes la más mínima idea de si tienes otro ataque? ¿No lo sientes subconscientemente?
-¿Subconscientemente? – Pregunta Greg.
-Si, por instinto, los Pokémon estamos más conectados con la naturaleza, le tenemos más respeto, por eso aún tenemos instinto; eso nos diferencia de los humanos, que se rigen por pensamientos fríos y hasta matemáticos.
-Instinto, eh. Lo intentaré. – Greg cruza sus brazos y se concentra para intentar de alguna forma adivinar si es que tenía otro ataque mediante su instinto, lo intentó cerca de un minuto hasta que de pronto un montón de cosas vinieron a su mente, cosas que antes no sabía, gracias a esto Greg aprendió a mover su cola, trepar arboles como los otros Treecko y lo más importante, saber cuál era su segundo ataque. - ¡Lo sé! ¡Ya sé cuál es mi otro ataque! Ahora hasta me parece estúpido que no lo supiera.
-¿Y cuál es?
-Malicioso. – Tras decir el nombre del ataque Greg lo efectúa mirando siniestramente a Asumi.
-¿Po…por qué… - Tartamudea Asumi viendo los tenebrosos ojos de Greg. - ¿¡Por qué lo usas contra mí!? ¡Tonto!
-¿Eh? ¿Qué? – Greg deja de usar el ataque como si hubiese despertado de un trance, ve a Asumi enojada y le pide disculpas. – ¡Lo siento mucho Asumi! No estoy acostumbrado a esto y me deje llevar…
Asumi se da cuenta de que Greg estaba realmente arrepentido, aunque no por ello se le quitó su enojo, por lo cual dice:
-¡Ascuas! – Y acto seguido unas minúsculas bolas de fuego salen de la boca de Asumi en dirección a Greg quemándolo.
-¡¡Au!! ¿¡Por qué hiciste e…
-Esa es mi venganza, no te preocupes, tengo Bayas Aranja y Safre por si necesitábamos entrenado.
-Pero me dolió…
-Esa es la idea, para que no lo hagas de nuevo.
-Eres mala…
-Mala no, tal vez un poco rencorosa; si fuera mala no te daría las bayas.
   La princesa y el Treecko se quedaron mirando por un segundo y se terminaron riendo de lo sucedido. Ambos entrenan durante todo el día hasta hacerse de noche, consiguieron unos leños con los cuales hicieron una fogata en una zona del reino alejada de las montañas, y estando ambos cerca del fuego, conversaron durante horas:
-Entonces, ¿Qué quieres hacer con tu vida? – Le pregunta la Vulpix a nuestro protagonista.
-Solo quiero 2 cosas, vivir en paz y que la gente a mi alrededor esté en paz, por lo mismo suelo ayudar a quien lo necesite. – Responde Greg.
-Eso es genial, a mí también me gustaría hacer algo así… pero mi padre no me deja. – Dice Asumi triste.
-¿Por qué?
-Me sobreprotege, tanto así que cuando nos viste a Eliana y a mí entrenando, era la segunda vez que me permitía entrenar con alguien, que encima era una de sus sirvientas y solo en sesiones de a 10 minutos al día.
-Ni comparado a lo que entrenamos hoy, llegué a quedar adolorido…
-Exacto, lo único que quisiera es formar un equipo pero él…
-¿Equipo? – La interrumpe Greg.
-Perdón, se me olvida que a ti hay que explicártelo todo. Un equipo es una organización de Pokémon que se dedican a hacer trabajos de todo tipo: Explorar zonas peligrosas, ayudar con labores sencillas, perseguir criminales, etc. Y además te pagan.
-¡Qué genial! Creo que ahora yo también quiero hacer un equipo…
   Ambos siguieron conversando un rato, Asumi trajo varias manzanas para que Greg pudiera comer y una sábana para que en la noche por lo menos se pudiese tapar. Siguieron conversando y casi a medianoche Asumi le dice a Greg:
-Es extraño.- ¿Qué cosa?
-Le pregunta Greg.
-Jamás me había acercado tanto a alguien que no conozco, sin mencionar el hecho de que no me dejen, pero tú tienes algo, algo que me llama la atención y me hace acercarme a ti a pesar de que no debería, siento que te conozco aunque sé que no es así, me resulta fácil conversar contigo, hacer cosas contigo, como si nos conociéramos de toda la vida. Creo que a esto se refiere la gente con el destino.
-Sí,… - Dice Greg sonriente. - …yo siento lo mismo. Me resulta fácil ser tu amigo.
-¿Amigo?
-Bueno, aún no nos conocemos tanto. Pero me caes bien.
-Je, je. Igualmente.
   A medianoche Asumi se despidió del Treecko dejándolo en el lugar donde habían prendido la fogata, Greg se tapó con la sábana que la princesa había llevado para él y se quedó dormido en aquel sitio. A la mañana siguiente, Asumi fue a despertar a nuestro protagonista trayéndole más manzanas para que desayunase, Greg las comió, compartiendo unas pocas con la Vulpix quien ya había desayunado, y una vez que no quedo ninguna, Asumi le propuso algo a Greg:
-Oye, ¿Qué te parece si nos ponemos a prueba?
-¿A qué te refieres? – Le pregunta Greg.
-Vamos a un territorio.
-¿Territorio?
-Sí, un territorio o una mazmorra como también les llaman, es una zona misteriosa cuyo terreno está en constante cambió, además los Pokémon que habitan en el respectivo territorio se tornan agresivos con los visitantes. Te propongo que vayamos a la cueva Ygrós, en ella habitan Pokémon de agua y tierra.
-¿Y por qué quieres ir a un lugar así?
-Para ponernos a prueba, con el entrenamiento de ayer ya debemos ser más fuertes, además los Pokémon de la cueva Ygrós son de bajo nivel, no hay de qué preocuparse.
-No lo sé, Asumi, suena innecesariamente peligroso.
-¡Para ti es innecesario! – Le grita Asumi a Greg. - ¡Tú no tienes nada que demostrar! ¡Yo necesito hacerlo! Si logró salir ilesa mi padre verá que soy fuerte, fuerte como para tener un equipo.
-Lo siento,… - Le dice Greg a Asumi. - …pero lo que vas a hacer es una estupidez, no vale la pena arriesgarse solo por obtener la aprobación de alguien.
-Tú…tú… ¡Eres un idiota!
Tras gritarle a Greg, Asumi se va en línea recta hacia la cueva Ygrós mientras el Treecko se quedó donde estaba, pensó en maneras de hacer que la Vulpix volviera, pero no se le ocurría otra manera que no fuera delatarla con el rey, se dio vueltas en el lugar durante más de media hora, revisó la bolsa en la que Asumi le había llevado manzanas y notó que en el fondo había una baya Aranja, Greg la tomó, percatándose del tiempo que había pasado sin que Asumi volviera por lo que decidió ir a buscarla. Nuestro protagonista fue en la misma dirección en la que Asumi había ido, vio las huellas de ella y a partir de ahí quedo completamente seguro de hacia dónde se dirigía. Llegó a la entrada de la cueva Ygrós, que estaba ubicada cerca del lago donde Greg despertó ya convertido en un Pokémon, y sin dudarlo un segundo, entró en ella. Al adentrarse en dicho Territorio, los Wooper, Lotad y Sandshrew del lugar fueron de inmediato a atacar a Greg, quien por evitar las peleas e intentar llegar rápido a Asumi, esquivó a todos los ataques que le fueron posibles, viéndose obligado a usar su Destructor un par de ocasiones para empujar a los Pokémon que obstruían su paso. Algunas Pistola Agua por parte de los Wooper golpearon al Treecko en la espalda, pero él, cegado por su objetivo, siguió corriendo hasta llegar al fondo de la cueva donde encontró a la princesa mal herida. Nuestro protagonista fue corriendo a socorrerla, pero los Pokémon de la cueva Ygrós no lo dejaron en paz, por lo que inevitablemente se tuvo que poner a pelear ahí mismo con todos los Pokémon del lugar, para proteger a la Vulpix, quien estaba tirada en el suelo detrás de él. El Treecko solamente pudo usar su ataque Destructor, ya que los Sandshrew, Wooper y Lotad no le daban el tiempo suficiente para hacer buen uso de su ataque Malicioso. Greg ya empezaba a cansarse, los ataques de sus enemigos iban en aumento y entre golpe y golpe, Asumi con sus pocas fuerzas le habla a Greg:
-G…Greg…
-¡Asumi! Me alegra que por lo menos puedas hablar, te traje un baya Aranja. - Asumi mira cerca de su boca y efectivamente ahí estaba la baya. - Cómela, recuperará un poco tu salud y podrás escapar mientras los distraigo.
-P…Pero Greg,… no te puedo… dejar…
-No te preocupes,… - Le dice Greg a Asumi para que no insista. - …lo tengo todo controlado, tu escapa, yo te seguiré cuando los venza a todos.
-Lo…lo siento…
-En este momento solo me importa que estés bien, ¡Apúrate!
   Obedeciendo la orden de Greg, Asumi comienza poco a poco a mordisquear su baya Aranja mientras los residentes de la Mazmorra empezaban a tomar el dominio sobre su pelea contra Greg, poco a poco los acorralaron a él y a Asumi, que con sus pocas fuerzas mordisqueaba de a pequeñas porciones la baya Aranja recuperando muy lentamente sus energías. Tras un minuto entero defiendo a su amiga de los innumerables ataques de los Pokémon de la Mazmorra, Greg cayó vencido pidiéndole disculpas a Asumi por no aguantar más. Los Pokémon se abalanzaron sobre Greg y Asumi quienes ya estaban resignados a morir en el lugar, ambos cerraron sus ojos e inmediatamente escucharon un potente rugido, los agresivos Pokémon del lugar huyeron despavoridos, el Treecko y la Vulpix alcanzaron a ver una silueta acercarse y finalmente perdieron la conciencia.
   Greg despertó en una cama de paja al cuidado de una Audino, a su lado estaba Asumi en otra cama viendo a Greg con una clara expresión de tristeza en su rostro:
-Lo siento mucho,… - Le empieza a decir Asumi a Greg. - …si te hubiese hecho caso desde un inicio nada de esto habría pasado, casi morimos por mi culpa, tenías razón… - En este punto Asumi comienza a llorar. - …fui estúpida…
-Creo… - Le dice Greg a Asumi. - …que eres una gran Pokémon, por sobre todas las cosas, valiente, debes aprender a controlar tus impulsos, pero no eres una estúpida, creo que si todos fuéramos tan valientes como tú, seríamos capaces de demostrarle al mundo de que estamos hechos.
   Asumi sigue llorando, pero esta vez no por tristeza, sino por la felicidad que las palabras de Greg le brindaron, razón por la cual, sonriendo, le da las gracias al Treecko. Por la entrada de la sala en la que Greg y Asumi se encontraban, el rey Arthur entró muy enfadado yendo directo hacia Greg dijo:
-¡Bastardo! ¡Una cosa! ¡Solo te pedí una cosa! ¡No te acerques a mi hija! ¡Mira como está por tu culpa! Espero que te guste estar entre barrotes, ¡Porque pasaras el resto de tus tristes días en prisión!
-¡Papá! – Exclama Asumi. - ¡Greg no se acercó a mí! ¡Yo me acerqué a él!
-¿Qué? – Pregunta Arthur sorprendido.
-Yo seguí a Greg, él ya me había avisado que nos habías prohibido juntarnos y de todas formas le seguí, hasta durmió en los exteriores del reino para no molestarte. Él es una buena persona, yo estoy en este estado por mi propia culpa, me fui a la cueva Ygrós para demostrarte que era fuerte y que podía formar parte de un equipo, de hecho si no fuera por Greg, estaría verdaderamente herida, él llegó, me dio una baya Aranja y me protegió de los ataques enemigos hasta que nos rescataste. – Tras estas palabras de Asumi, se le revela a Greg que su rescatador fue ni nada más ni nada menos que el mismísimo rey Arthur.
-Asumi, toda tu vida te he dicho que no confíes en los extraños, ¿Por qué él?
-Porque no tengo amigos papá, la única forma de hacer amigos es conocer a alguien que en un principio es extraño, Greg me llamó la atención, sencillamente eso.
-¿Tan desesperada estas? ¿Tan desesperada estas por formar un equipo? ¿¡Qué es lo que tanto te llama la atención!?
-Quiero ayudar a la gente, me gusta ayudar a la gente, es mi sueño tener un equipo.
   Esta situación era algo muy complejo para el rey Arthur, siendo un padre tan sobreprotector le era difícil darle una oportunidad a su hija, sin embargo, debía comprender que estaba creciendo, que ya tenía un sueño definido y que lo único que le faltaba era su aprobación:
-Asumi,… - Le dice su padre. - …te dejaré tener tu equipo, si no te dejo crecer, si no te dejo seguir tus sueños algún día me terminaras odiando y más importante aún, seguirás haciendo estas estupideces hasta te de tu libertad. – Tras oír estas palabras, Asumi queda sin aliento. – Así que cuando tengas elegido a tu compañero de equipo, me avisas para registrarlos.
-¡Ya tengo a mi compañero! – Exclama Asumi. – Greg, es precipitado pero, ¿Querrías ser mi compañero?
   Greg se lo piensa por un momento, no tenía como volver a su casa ni donde dormir, pero le gustaba ayudar a la gente, le pagarían por su trabajo, entrenaría y pasaría tiempo con Asumi, la opción más cómoda en todos los aspectos, fue aceptar la oferta.
-Entonces solo nos falta el nombre… - Dice Asumi poniéndose a pensar en uno.
-¿Qué te parece equipo “Serafín”? – Le propone Greg a Asumi.
-Sí… ¡Sí! ¡Es perfecto! ¡Es justo lo que tenía en mente!
-En ese caso serán el equipo Serafín, ¿Se sienten lo suficientemente bien como para ir a registrarlos?
   Asumi invadida por la emoción que le provocaba el al fin cumplir su sueño, hizo caso omiso a sus dolores y a sus heridas, se paró de su cama de paja y actuando de la misma forma, el Treecko también se puso de pie y siguió a su compañera para no decepcionarla. La pequeña princesa se fue corriendo de la habitación en la que estaba hasta a la sala del rey, mientras a duras penas, Greg la intentaba seguir, y cuando nuestro protagonista estaba por entrar a la sala, el rey lo detuvo tomándolo del hombro.
-Escucha,… - Dice Arthur. - …lo siento. Te juzgue mal, te agradezco desde lo más profundo que protegieras a mi hija en su imprudencia, pero ahora eres su compañero de equipo, quiero que la protejas, si algo le pasa a mi hija y me entero que no la protegiste, te mataré.
   El rey saca su mano del hombro de Greg y lo deja irse; en su sala registra al equipo Serafín y en el crepúsculo del día recibe la visita de Talía.
-Buenos días mi rey. – Lo saluda Talía
-Sabes que no necesitas ser cordial conmigo. – Le dice Arthur.- ¿Tienes información que me sea de utilidad?
-Lamentablemente no, parece ser que el Treecko ha sufrido algún trauma, esta perturbado, no puedo explorar muy bien su subconsciente.
-Por favor, sigue intentando, algo oculta ese Treecko, y hasta que lo descubra no podre conciliar el sueño como es debido, más aún por el hecho de que está con mi hija.
-¿Y por qué no simplemente los separa?
-No tengo nada en contra del chico, es solo un presentimiento, tomar decisiones sin fundamentos no es digno de un rey. Además, Asumi se veía tan feliz con él… - Suspira. – Es como si fuera…el destino…

« Última modificación: 10 de Agosto de 2015, 03:19:22 am por lucianomaureira »
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