Autor Tema: [Fic] La Mansión Wickham  (Leído 708 veces)

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Yawarakai Iku

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[Fic] La Mansión Wickham
« en: 24 de Julio de 2014, 12:51:01 pm »
Prólogo

Sebastián Méndez es un estudiante de preparatoria común, esta historia gira entorno a el y su misteriosa visita a la Mansión Wickham y las extrañas circunstancias que lo condujeron hacia ella.

La Mansión Wickham es una residencia un poco peculiar, cuya localización no solo es desconocida, si no que inexistente, entonces, ¿Cómo llegó el joven a ella? y mas importante aún, ¿Quién habita en ella? ó ¿Qué?

Sebastián va a aventurarse en un mundo desconocido, deberá luchar para mantenerse cuerdo...ah...y vivo.

La Mansión no solo alberga cosas horribles e increíbles, también cuenta con criaturas infernales y platillos exquisitos, pero quizá lo mas importante de todo, en ella encontraras tu pasado, presente y futuro, representados de maneras tan enfermizas que podrían arrebatarte el sueño un par de noches

"Bienvenidos a la Mansión Wickham"
 



"Primera historia que escribire de este tipo, luego me paso para coregir faltas y tal, ah y despues hare el tema de comentarios que me quedó sin tiempo.

Bye, bye" - AngelFS
« Última modificación: 26 de Julio de 2014, 11:19:38 am por AngelFS »



Yawarakai Iku

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Re:[Fic] La Mansión Wickham
« Respuesta #1 en: 26 de Julio de 2014, 01:38:46 pm »
"La Mansión Wickham es un lugar libre, no hay ninguna regla, cada huésped de ella es libre de hacer lo que le plazca, como sea y a la hora que sea.

Esto puede sonar muy bien, incluso atractivo, ya que la mayoría de las Mansiones son propiedad de gente elegante y estricta en cuanto a lo que sea hace en su casa.

Pero en realidad el señor Wickham tiene 2 reglas, sumamente estrictas que no son dadas a conocer a la gente de fuera:

1.- Solo ciertas personas están invitadas entrar en la Mansión, pero esta invitación es especial, ya que no se entrega ni por correo, ni por email, ni siquiera se pasa por debajo de tu puerta, solo digamos que...eres invitado y ya está.

2.- Cuando seas invitado a la Mansión, deberás acudir inmediatamente, aunque ni siquiera estés consciente de la invitación. Como llegar no es problema para los invitados. De hecho, su único problema es salir."


Capitulo 1: Tormenta

Sebastián era un joven de 16 años, Blanco, cabello castaño y ojos color miel, con una altura de 1,77 cm.

Cursaba el segundo año de preparatoria en una ciudad latinoamericana, era invierno y las clases del día habían terminado, Sebastián se encontraba en la salida de su escuela.

- ¿Qué pasa?...Si...Aja...Iré caminando entonces...Adiós...¡Maldita Sea! - Grito Sebastián al colgar su teléfono.

- ¿Qué ocurre? - Preguntó Carlos, un amigo de Sebastián, posiblemente el único.

- Menuda mierda... - Susurro el joven mientras se calmaba - Mi padre choco el carro llegando del trabajo y esta ahora en el taller, me tendré que ir caminando a casa. - Contestó un poco molesto.

- ¡¿Chocó?! ¡¿Acaso esta bien?! - Preguntó Carlos.

- Si, está bien... - Dijo Sebastián despreocupadamente - Solo se lesionó el brazo.

- Bueno...Te ofrecería darte un aventón...pero mi madre es alguien un poco...

- ¡CARLOS! ¡SUBE RÁPIDO  AL AUTO! -Gritó su madre interrumpiéndole mientras sonaba el claxon histéricamente.

- ¡Adiós! - Grito Carlos, corriendo rápidamente al auto de su madre, sin siquiera poder chocar los puños como de costumbre.

- Menuda suerte...Pero bueno, me va mejor caminando que en el auto de ese demonio, Jajaja - Dijo entre risas Sebastián. - Vale, entonces mejor comienzo.

Con eso Sebastián emprendió su pequeño gran viaje a casa, no estaba al otro lado de la ciudad...pero aun así era un poco lejos, fácilmente pasarían unos 45 minutos a paso ligero antes de llegar a su casa.

A medio camino las nubes empezaron a juntarse, formando un cielo sumamente gris.

- ¿Ahora qué?- Preguntó Sebastián mientras subía la mirada al cielo. - Solo falta que empiece a llover.

Cayó una gota de agua en su nariz.

- Mierda - Dijo entre dientes.

Las pequeñas gotas se transformaron en llovizna, y la llovizna en lluvia y entonces el cielo empezó a rugir, el viento comenzó a soplar muy fuerte y Sebastián empezó a correr. La tormenta había comenzado.

- "Menuda suerte la mía" - Pensó - "Si sigo así me caeré o algo, además estoy empapado y hace un frió de muerte"

Sebastián paró bajo una parada de autobús y checó su reloj.

 - Tres treinta y cinco... -Susurró, el autobús no pasaba hasta las cuatro y cuarto y el se encontraba ya temblando de frió. -  "Si espero hasta esa hora posiblemente me hallen muerto, además conducir bajo estas condiciones es de gente loca...espera..."

Sebastián corrió hasta la esquina y empezó a hacer señas.

- "Seguro habrá un loco que me de un aventón" - Empezó a reír mientras hacia señas en toda posible dirección por la que pudiera pasar algún auto.

Pero su sonrisa poco a poco desapareció, no pasaba nadie, ni un auto, ni un peatón, esto preocupo mucho a Sebastián, pero la lluvia no cesaba y no podía quedarse quieto ahí para siempre, empezó a correr de nuevo.

Mientras corría Sebastián se cayó, como había predicho minutos atrás, mientras se recuperaba del golpe escuchó un fuerte estruendo, giró la cabeza en su dirección y vio un rayo caer a un par de calles de donde se encontraba, eso le asustó mucho y trató de levantarse.


"Cuando seas invitado a la Mansión, deberás acudir inmediatamente"

Instintivamente Sebastián levanto la mirada al cielo y todo se puso blanco, durante unos segundos quedo ciego, solamente viendo el color blanco y escuchando un fuerte pitido en sus oídos.

Poco a poco recuperó la vista y vio que se encontraba en la misma posición, tirado en el suelo, mirando al cielo.

- Eso fue raro... - Se dijo a si mismo y volvió a correr.

Siguió su camino, o lo que le parecía ser su camino, la verdad no veía mucho por culpa de la fuerte lluvia, solo unos pocos metros frente a el.

En cierto momento Sebastián no pudo mas y cayo rendido al suelo, sentía sus piernas palpitantes, rogando descanso, entonces, Sebastián giró la cabeza a la derecha y vio algo que nunca había visto en la ruta a su casa.

Una enorme Mansión

"Mansión Wickham" Decía un cartel pegado en la reja que rodeaba la enorme Mansión.

- ¿Qué mierda...? Nunca la había visto...- Sebastián hizo un esfuerzo en levantarse y miro detenidamente la Mansión -¡Es enorme! Debe abarcar por lo menos un par de manzanas...

Entonces Sebastián se dio cuenta de que la pequeña puerta de la reja estaba entreabierta, incitándolo a entrar, el pensó un poco en la idea, no podía seguir adelante y si se quedaba ahí le daría hipotermia.

Comenzó a pensar mientras abría la puerta y la cerraba tras de si, siguiendo un pequeño y corto camino de piedra hacia la entrada de la Mansión.

Pensó como era posible no haber visto aquel monstruo en su ciudad, no es que fuera pequeña, le hacia frente a la capital en cuanto a tamaño, pero el hecho de que una mansión de tal calibre que se situaba tan cerca de su camino al colegio haya pasado de manera tan desapercibida lo intrigaba, tal vez simplemente no ponía mucha atención al camino, aunque claro, se engañaba a si mismo.

No reacciono hasta que estaba frente a la puerta de entrada.

"No puedo seguir corriendo, no creo llegar... podría usarla para refugiarme de la lluvia... si me lo permiten claro..." Pensó y tocó la puerta...nadie respondía, Sebastián estaba apunto de inquietarse cuando la puerta se abrió lentamente, las bisagras se quejaban de la falta de aceite.

"Podría entrar..." - Pensó - "No tengo de otra, además, no me ocurrirá nada malo mientras sea amable"  - Pensó mientras se imaginaba charlando con un anciano, dueño de la casa, mientras bebían chocolate caliente y hablando del pasado de la casa y su construcción.

Entonces Sebastián tomó aire, puso su mejor sonrisa y entró, cerrando la puerta detrás suyo.

Poco le ayudaría ser amable dentro de aquella Mansión.

Y menos le gustaría saber acerca de la historia de la casa y de su construcción.

Mucho menos hablar de ello con su dueño...

"Bienvenido a la Mansión Wickham, Invitado"
« Última modificación: 15 de Octubre de 2014, 04:16:17 pm por AngelFS »