Assassin's Creed III. No sé, lo cojí, me lo pase con una pachorra increíble (igual le dedicaba 1 hora a la semana) y cuando lo terminé después de mucho tiempo lo dejé cogiendo polvo. Nunca más me apeteció rejugarlo, y lo acabé vendiendo para descontar un poco el precio del Black Flag.
Aunque más que decepción, me fue indiferente. De mayor no recordaré algún momento memorable de este juego, mis nietos escucharán historias del viejo Hyrule, no de Boston.