Autor Tema: [C] Pokémon: La Isla del Sur  (Leído 1021 veces)

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Jack J.

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[C] Pokémon: La Isla del Sur
« en: 22 de Diciembre de 2013, 01:21:21 pm »
— Introducción —

Este es un Fan Fiction dedicado a Pokémon, inspirado en los juegos de tercera generación: Ruby, Zafiro y Esmeralda. Comenzó el 17/11/13 y aún no finaliza, aunque ya ha terminado la Saga I: Lazos Invisibles. Para mí, la tercera generación es una de las mejores, sus lugares y la música de ambiente surgieron de inspiración y me hicieron escribir esta historia, donde yo intento recorrer estos lugares mediante la escritura.

— Sinopsis —

Alice Lambert, la secretaria del Gobernador de Hoenn no podía creer lo que había escuchado bajo aquel escritorio, cuando su Jefe terminó de hablar con el Coronel Militar. La guerra se había desatado de manera fría: en otro mundo paralelo, los Pokémon llamados por la gente "Demonios" habían pasado al mundo humano y causado estragos. Estos eran inteligentes e incluso habían desarollado su propio idioma. Kilómetros de distancia se encontraba Nicolás Stone, un soldado militar dispuesto de devolver a los titanes, Pokémon Legendarios que habían abandonado la conexión con los humanos hace mucho tiempo. Pero el destino se opondrá a ellos de manera cruel: en un mundo donde las mentiras, el terror y la muerte caminan a paso seguro y los Pokémon como los conocen se ve en camino a desaparecer. "Los sueños son un mundo aparte, recuérdalo."


— Índice de Capítulos —

Saga I: Lazos Invisibles
Capítulo 01 - El regreso a Hoenn ¡Nuevo!
Capítulo 02 - Visiones
Capítulo 03 - Cenizas del Pasado
Capítulo 04 - Decisiones v/s Destino
Capítulo 05 - El Monte Pírico
Capítulo 06 - Extremos
Capítulo 07 - La mágica Ciudad Calagua

Saga II: Los Orígenes
Capítulo 08 -
Capítulo 09 -
Capítulo 10 -
Capítulo 11 -
Capítulo 12 -
Capítulo 13 -
Capítulo 14 -
Capítulo 15 -
Capítulo 16 -
Capítulo 17 -

Saga III: La Búsqueda
Capítulo 18 -
Capítulo 19 -
Capítulo 20 -
Capítulo 21 -
Capítulo 22 -

Saga IV: Series Finales
Capítulo 23 - Alice Lambert
Capítulo 24 - Sabio de Arrecípolis
Capítulo 25 - Nicolás Stone

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« Última modificación: 22 de Diciembre de 2013, 01:24:45 pm por Jack J. »



Jack J.

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Re:[C] Pokémon: La Isla del Sur
« Respuesta #1 en: 22 de Diciembre de 2013, 01:22:39 pm »
— I —


Cuando abrió sus ojos, la imagen se difuminó y luego fue enfocando lentamente: divisó un bosque, el grácil pasto, el cielo color azul perfecto. Luego se percató de que había un tablero de madera a lo lejos. Era común en las rutas, el indicador dice datos importantes a los entrenadores que desean convertirse en Maestros Pokémon, algo clásico. Pudo escuchar el mar chocando en la costa de la isla y luego tan solo silencio.

Momento después vinieron los recuerdos de lo que había hecho antes de caer inconciente  y su cabeza enseguida empezó a doler fuertemente, su corazón se aceleró y tambaleó mientras intentaba levantarse para ponerse a correr hacia el letrero y poder leerlo. Muy dentro de él sabía lo que ese indicador decía, pero se negaba a aceptarlo esperando un milagro para que dijera otra cosa, porque eso significaba que nada había salido como correspondía.

Cuando llegó se puso en frente del letrero, tenía la madera apolillada y el texto apenas se podía leer. Le dieron ganas de llorar, sintió como las lágrimas caían por sus mejillas y el estómago se le revolvía, se tuvo que agachar para no tragarse su propio vómito.

El cartel estaba gastado y en él tallada la frase “Si no quieres olvidar tus recuerdos, guárdalos en tu corazón...”

—¡Hijos de puta!
La exclamación del humano resonó en toda la isla.

Sabía que este sería el último lugar que vería, estaría atrapado allí para siempre. Encontrar la Isla del Sur era técnicamente imposible para cualquier historiador o explorador, las leyendas remontaban años atrás sobre un marino llamado Arenque, el señor había comentado que en uno de sus viajes había topado con la mítica Isla del Sur en la cual vivían los dos titanes hermanos. Pero ahora Latias y Latios no estaban allí y lo único que había era un puerto a medio caer y árboles junto el mar interminable de Hoenn.

En su mente resonó “Los sueños son un mundo aparte, recuérdalo.”
Después de eso cayó desmayado.

— II —


El campo de batalla se encontraba en medio del árido desierto de Hoenn, era amplio y a las seis de la tarde ya estaba manchado de un rojo que representaba únicamente dolor, se había perdido otra batalla. Los militares y sus pokémon heridos iban caminando mientras en el cielo el portal se cerraba lentamente, era un círculo obscuro que suspendido en el cielo marcado por los colores del crepúsculo y un brillo alrededor, se iba sellando  mientras los  demonios iban entrando en él para volver a donde pertenecían, su propio mundo.

Las caras de los soldados no intentaban disimular el dolor de haber perdido, un encuentro de sentimientos mezclados de rabia, rencor e impotencia de ver como todo iba cayendo y no poder hacer nada al respecto, excepto seguir luchando. Aquello era lo que más le daba fuerzas a Nicolás Stone. A pesar de ser otro simple soldado de la tropa pertenecía a unos de los grupos más beneficiados, sus Pokémon estaban altamente entrenados de manera genética y artificial: máquinas técnicas, proteínas, hierro, hasta bandas de entrenamiento para aumentar sus características al máximo. El tenía un rango de oficial dentro del ejército pero no era eso lo que le importaba.

Era la sangre que llevaba dentro la que hervía cada vez que luchaba con los demonios, pero el era una excepción, todos los soldados ya se encontraban cansados. La guerra se presentía interminable y los catorce años que llevaba en pie había desgastado a todos.

Caminaban en medio del desierto teñido de rojo a un paso lento y agotado para llegar a la base, mientras el cielo se convertía en una combinación de morado y anaranjado. Allí los estarían esperando algunas enfermeras junto con Chansey y Blissey para poder curarlos. Junto a ellos estaban sus aliados: Rhydon, Aagron, Charizard, Blastoise, Swampert entre otros, todos ellos diseñados para la guerra. Habían sido modificados desde sus padres para que nacieran con mayor fuerza que los Pokémon normales y entrenados incansablemente. Aún así no eran rivales para los demonios.

Dentro de su mente vino un flash-back, recuerdo de su niñez: Ciudad Arborada, los Treecko corriendo por encima de los árboles y las casas que estaban construidas sobre sus copas, los puentes colgantes de madera que conectaban a los hogares y las tiendas exclusivas que vendían todo hecho de madera. Un verdadero ambiente rústico. Creyó poder sentir el aire fresco de los atardeceres perfectos de aquella época.

Estaba lleno de nostalgia, pero luego tuvo que recordar que Hoenn estaba totalmente perdido y no quedaba nada. Lo único que podían hacer es permanecer y rogar porque su destino no fuera el mismo de la región vecina, Johto, que ahora se había convertido en un lugar desolado.

“Esos tiempos volverán” se prometió a sí mismo y acelerando su paso se perdió entre la multitud de soldados, todos con un objetivo común: ganar por Hoenn.

— III —


Alice se encontraba en serios problemas. La muchacha contenía la respiración mientras se encontraba escondida bajo el escritorio del Gobernador de Hoenn en medio de las oficinas más importantes del mundo, intentaba agudizar su oído para escuchar la conversación de su jefe con el Coronel General del Ejército. Sus intentos eran en vano, ya que se podía oír muy poco y si se llegaba a alzar la voz, oía solamente incoherencias. Estaba atrapada ahí y si la encontraban sería grave, probablemente la sacarían  de su cargo e investigarían hasta en su basura buscando por una prueba , algo para eliminarla.

Ella conocía muy bien esto, habían bastantes casos directos del seguimiento que tenían los ex-trabajadores. El sincretismo del gobierno era caso de seguridad nacional, Hoenn no podía perder su postura sólida en el órden internacional y a comparación de las otras regiones que estaban mucho mejor.

“Especialmente en estos tiempos” pensó. La guerra contra los Pokémon que venían del otro mundo se había tornado algo común y rutinario igual que las muertes provocadas por la misma. Cada día en la radio se podía escuchar sobre los nombres de las personas cuyos cuerpos habían sido identificados. Familias dispersas por la región de Hoenn la sintonizaban a diario, con su corazón paralizado en su mano, esperando no oír ningún conocido ni familiar.

“Johto ha desaparecido por completo” reflexionó mientras se preparaba a escuchar. Maldijo no poder sacar a su Gardevoir, su Pokémon más cercado, criada desde que era una Ralts la había mantenido alejada de cualquier tipo de problemas y siempre protegida. Si le ordenaba, podía irse de allí teletransportandose. Pero su instinto le decía que debía quedarse. Así que se mantenía erguida bajo el escritorio. Tenía el presentimiento de que lo que iban a hablar era demasiado importante para perderselo.

Y el instinto de Alice jamás fallaba.

— IV —


Nicolás se había acostado en su cama hecha de metal con un colchón encima. El campamento al que se le llamaba base era una carpa, en la que dentro se encontraban las camas de bajo presupuesto. Todo estaba en completa oscuridad y tan solo se podía escuchar ronquidos y gemidos de dolor por la batalla que había pasado. Su mente no podía descansar, sabía que debía hacer algo pero no sabía cómo ni cuándo. Tenía una necesidad desconocida hasta ese momento. Recordó lo que su abuela le solía decir, “quienes poseen valor y esperanza, logran vencer el miedo.”

Pero era lógico que tuvieran miedo, era imposible culparlos y él lo sabía bien: la muerte estaba tan cercana cada día. Para muchos se había convertido una costumbre pero algunos sufrían, no sabían si llegarían a dormir por las noches. Los recuerdos lo dañaban al igual que a todos. Nicolás hizo memoria sobre la noche en que todo sucedió.

Podía recordar con exactitud, el portal se abrió en los cielos, era un círculo negro rodeado por un aura, algo muy brillante que si mantenías fija la vista te dolían los ojos. De él descendieron los Pokémon después apodados “demonios”, atacaban todo lo que veían con movimientos devastadores que pocos podían explicar o reconocer. Destruyeron la Villa Raíz en menos de dos horas, quemaron abstolutamente todo y luego se fueron de donde vinieron. El portal se mantenía abierto cierto tiempo. Nadie supo darle explicación al hecho. ¿Qué era eso?, ¿Pokémon salvajes saliendo de agujeros negros? Preguntas que encontrarían explicación.

La respuesta vino de los viejos sabios de Hoenn, un mítico grupo de ancianos que mantenía en su mente las leyendas y secretos más profundos de la región, según ellos el mundo Pokémon había perdido su equilibrio por culpa de un humano que desconocían. Cuando un ser humano pasaba por la barrera entre este y el otro mundo, se volvía un Pokémon según sus valores, su personalidad y sus decisiones tomadas en su vida humana, era juzgado por la energía natural. El conjunto de todas estas situaciones generaba el equilibrio. Hace mucho tiempo un humano logró pasar por casualidad y el equilibrio se rompió y se mantuvo así hasta que fue devuelto.

Las teorías decían que ahora que algún humano había entrado al mundo Pokémon, pero no había encontrado la salida para devolverse dónde pertenecía y encontró su muerte allí. Su alma se quedó atrapada por no poder entrar a su lugar de origen, el mundo humano. Ahí es cuando el equilibrio se rompió primero en el mismo mundo Pokémon, la maldad se apoderó de ellos y luego viajaron a este mundo para destruirlo. Algunos dicen que el humano convertido en Pokémon en el otro mundo estaba lleno de maldad, e influenció a todos los demás. Por eso los apodaban demonios. Su coeficiente intelectual era más alto que el de un humano, pokémon inteligentes capaces de razonar y hasta desarrollar su propia lengua. Los hombres habían tenido que desarrollar un ejército pokémon de elite para combatir contra ellos y aún así estaban en problemas la mayoría del tiempo.

La única ventaja que tenían era que el portal duraba cuatro horas abierto y luego de eso se cerraba hasta la próxima luna llena. Eso creó una duración precisa de las batallas pero cada vez más humanos morían y se hacía más difícil mientras los lugares donde sucedían estas situaciones se extendían incontrolablemente. Nadie parecía tener una solución y la esperanza se iba perdiendo cada vez más.

Si los titanes estuvieran aquí —susurró.
Pero ellos los habían abandonado hace mucho.

— V —


Expedición... motivo de salv... ult... humanos y poder lanzar... ba... de última tecnología... desarrollada en Ciudad Algaria... el equipo de astro... dentro de los porta... atom... mundo pokémon... si no... primeros nosotro... o ellos... destrucción...

Alice no demoró ni tres segundo en entender todo, lanzó una exclamación ahogada y su mente empezó a trabajar como si fuera una máquina a todo vapor. Tendría que esperar hasta que ellos salieran para poder levantarse debajo del escritorio de caoba y escapar. La conversación a lo lejos parecía llegar a su final entre susurros y despedidas.

“¡Ellos no entienden lo que puede suceder!” razonó.
Alice Lambert siempre se había destacado por ser muy audaz e inteligente. Sabía que por palabras estos señores jamás entenderían lo que las viejas historias de los sabios decían. El equilibrio entre el mundo de los Pokémon y de los humanos se tenía que arreglar y volver a un balance perfecto, no destruir. Si lo hacían...

Se estremeció de tan sólo pensarlo. “Los pokémon desaparecerían.” Empezaría una nueva era sin la esencial existencia de estos compañeros y si fuera así, a la vida humana en general le quedaría muy poco tiempo para poder adaptarse al cambio y sobrevivir. Todo terminaría definitivamente. Después de estas rápidas reflexiones pudo enteder que ahora el destino la había elegido a ella, tenía que hacer algo para que la situación planeada no llegara a suceder, porque si pasaba... no lo quería ni imaginar.

Un portazo la hizo saltar y despegarse de sus pensamientos de golpe. El Gobernador de Hoenn y el Coronel del Ejército habían abandonado la gran sala de conferencias. Ella salió debajo del escritorio, ordenó a Gardevoir salir de su Pokéball. El colosal Pokémon con aspecto muy parecido a una humana se presentó delante de ella, con su cabello verde y su aspecto angelical.

Se pudo escuchar que Alice le ordenaba algo al Pokémon psíquico. Las dimensiones por un milisegundo parecieron romperse.

Momento siguiente ambas desaparecieron.

— VI —


Las piernas de Alice estaban muy bien formadas pero en ese momento parecían fantasmas de lo rápido que se movían, corría por las calles abandonadas de la Ciudad Férica a la mayor velocidad posible. Podía sentir las miradas que se posaban sobre ella de la gente desde las casas: temían a los demonios y estaban atentos a cualquier actividad que sucediera en la ciudad. Cruzaba, doblaba y cada vez aceleraba más, el sonido de sus tacos chocando con el pavimento se sentían desde lejos mientras la luz luna alumbraba las calles. El ambiente ténebre se apoderaba de todas las noches, ninguna ciudad se había escapado de aquello. La oscuridad generaba miedo porque no se sabía qué podía esconder, el instinto humano siempre temía a cualquier cosa desconocida.

Desde lejos, pudo divisar las luces de la pequeña casa que buscaba, lanzó un suspiro de alivio mientras Gardevoir iba atrás de ella a su mismo paso, a diferencia que la Pokémon parecía desplazarse volando. Alice siempre se sentía segura con Garde, ella podía divisar desde lejos cualquier energía negativa que viniera y estaba siempre alerta, además podía escapar en un segundo a algún lugar ya visitado gracias a su ataque Teletransporte, la conexión que mantenía Alice y Garde era única.

Cuando llegó a la puerta un poco deteriorada, lanzó un suspiro y golpeó tres veces. Esperó pacientemente, se vio un ágil e imperceptible movimiento de la cortina en la ventana. Momento siguiente se escucharon unos pasos lentos. Segundos después abrieron.

—¿Alice? ¡Cuánto tiempo! —dijo una tierna y dulce voz de una anciana.
La chica mostró una sonrisa, después entró y luego se cerró. Se pudo escuchar el sonido metálico de cuatro aseguradores de puertas activándose.
« Última modificación: 22 de Diciembre de 2013, 01:26:49 pm por Jack J. »