9 años después…
Mi madre murió cuando yo apenas tenía 2 años, desde entonces vivo con mi padre en Pueblo Arcilla-Teselia. Mi padre es un arqueólogo-explorador, se dedica a ir de región en región buscando fósiles y esas cosas. Cuando mi papá no está en la casa, normalmente me quedo solo o en algunos casos me quedo en casa de mi amigo Javier. Gracias al trabajo de mi padre tengo a mi más preciado compañero; Deino. Mi papá encontró hace once años un huevo de Hydreigon y de él salió mi amigo. Deino a pesar de ser un pokémon, me entiende perfectamente y yo lo entiendo a él, de vez en cuando puedo escuchar hasta su voz, lo que me hace pensar que estoy loco o algo así.
Por cierto mi nombre es Daniel, tengo 17 años, como ya les dije vivo en Pueblo Arcilla con mi padre, en este pueblo no hay mucho q hacer. Su población es de más o menos 700 habitantes de los cuales solo el 10% son de mi edad o por lo menos la rondan, así que no hay muchos con quien hablar.
En fin, les voy a hablar más de mí. Mi cabello es rubio y mis ojos son de color marrón, soy de una estatura media -mas o menos 1,75 cm-, soy delgado y tengo un cuerpo atlético debido a que hago ejercicios junto con mi padre porque muchas veces él tiene que escalar montañas y ese tipo de cosas, así que necesita estar en forma y en su intento por estarlo; yo lo acompaño. Somos muy unidos. Desde que era pequeño mi papá me llenó la cabeza de leyendas y mitos sobre los pokémons que al principio me parecían impresionantes y muy buenas, pero poco a poco me di cuenta de que no todo es real y no todo puede serlo. Pero eso no importa. Mi más grande sueño es poder salir de Pueblo Arcilla y explorar toda la región en busca de los pokémons, en pocas palabras: ser un entrenador. Y muy pronto eso se va a cumplir ya que hoy me gradúo de la escuela. Podré explorar libremente sin tener problemas con las autoridades y esas cosas que tienen que ver con que adolescentes de mi edad deambulen por toda una región.
En este mismo momento estoy en mi casa tendido en la cama, me da mucha pereza levantarme para ir a la escuela, Deino todavía está dormido pero lo mejor será despertarlo para irme…
-Deino, levántate –dije suavemente –Deino, que te levantes –pero él todavía seguía durmiendo –¡¡DEINO, LEVANTATE!! –grité a todo volumen
Deino, asustado saltó y se puso en guardia pero al ver que era yo se calmó y respondió somnoliento.
-Ro-jii –dijo él saludándome
-Ya es hora de que me vaya a la escuela, solo quería recordarte que hoy me gradúo –dije sonriente
-¡Ro-ro-jii! –respondió Deino feliz
-Yo también estoy feliz… –respiré hondo mientras acariciaba la cabeza de mi amigo –Eso significa que podremos irnos de este pueblo, por fin…
Luego me dirigí al baño a lavarme los dientes y a ponerme mi uniforme del colegio, era un pantalón de vestir azul oscuro y una camisa color blanca con la insignia de una pokebola. Ya estando vestido bajé las escaleras y fui directo a la cocina para comer mi desayuno.
-¿Cómo está mi graduado favorito? –dijo un hombre de cabello marrón amarrado en una coleta que vestía un traje de exploración con botas altas y un arnés de seguridad, era mi papá, Julius Alcott
-¡Buenos días papá! –exclamé y corrí a abrazarlo
-Hijo, quiero que sepas que estoy muy orgulloso y estoy completamente seguro de que te volverás un gran entrenador y que Deino algún día será un Hydreigon con increíbles poderes… Pero de lo que más estoy seguro es que si tu madre estuviera aquí en este mismo instante estaría también muy orgullosa
-Gracias, papá –respondí con ojos llorosos
-Te extrañaré Daniel
-Y yo a ti
No pude evitar las ganas de abrazarlo así que lo hice sin pena alguna. Fue un momento… un poco… ¿Gay?
-Por cierto tu desayuno está listo, lo puse en la mesa -dijo mi padre mientras señalaba el plato
Me estaba muriendo del hambre, así que corrí a la cocina y tomé mi plato, volteé la mirada y vi el reloj, eran las 7:20 a.m. por lo que me quedaban exactamente 10 minutos para comer ya que la escuela abría a las 7:30 a.m.
Terminé de comer rápido y me fui caminando hacia mi escuela, no quedaba muy lejos y en 5 minutos llegué. Ahí estaba mi amigo Javier, un chico de estatura media, piel blanca y ojos marrones, su pelo era corto y amarillo claro, casi blanco, sus cejas apenas se veían y al igual que yo también estaba en el uniforme de la escuela, tiene mi edad.
-¡Hey!, ¿que me cuentas? –dijo él casi gritando
-¿Listo para graduarte? –respondí –Cuento cada segundo para irme por fin de este pueblito
-¡Claro que sí!, a partir de mañana tendré todo el derecho de hacer lo que yo quiera con mi vida, podré atrapar pokémons, salir de viaje, tener batallas, será lo máximo
-¿No crees que para eso primero necesitas un pokémon? –le dije con sarcasmo
-Tu siempre dañando mis fantasías –comentó
Largué la mirada atrás de él y vi dos sombras grotescas acercándose hacia nosotros.
-Mierda –dije con bajo tono
-¿Que? –respondió Javier
-Voltéate
Lo que Javier vio no era nada bueno, una figura grande y gorda estaba esperando atrás de mi amigo, era Mario, el típico brabucón de las escuelas, su figura grande y ancha daba miedo al verlo y su pelo negro peinado tapándole los ojos lo hacía ver como un cavernícola con síndrome de Dawn, a su lado estaba Fabián, su hermano menor, este se veía tétricamente igual a su hermano, con la diferencia de que era un poco más pequeño.
-¡Ma-Mario amigo de mi alma!, ¿Cómo te trata la vida en esta crisis económica?, ¿Te ves estupendo! ¿Qué acaso te cortaste el pelo? –dijo Javier en su último intento porcaerle bien a dichos hermanos.
Verán, el problema es que Javier al no ser muy esbelto físicamente, es un imán para las bravuconerías de Mario y Fabián y al yo ser su amigo… ¡pues a veces también recibo alguno de los golpes!
-¡Cállate! –dijo Fabián con su típica voz chillona, un poco irónico tomando en cuenta su tamaño
-Tranquilo hermano, concédeme los honores –respondió Mario sonándose los dedos
De un momento a otro Mario ya tenía agarrado del cuello a mi amigo.
-¡Déjalo tranquilo! –dije yo para defender a Javier
-Cállate tú también –respondió Fabián viendo como torturaban a Javier
-¡Ven y cállame! –exclamé muy molesto para provocarlo
-¡¿Te atreves a responderme?! –dijo furioso
Nublado por la furia Fabián fue corriendo hacia donde yo estaba a darme un puñetazo, pero de repente salió de los arbustos un pokémon que utilizó placaje contra aquel bravucón. ¡Era Deino!
-¡Deino!, ¿Qué haces aquí? –pregunté asombrado –sabes claramente que no debes salir de la casa a estas horas
-Roar-jii –respondió Deino, tratando de decir que solo quería protegerme
-¿A caso esa lagartija es tuya?
Fabián volvió a embestir pero esta vez a Deino -¿Qué a caso se cree un Rhyhorn?-, al ser un simple humano el golpe fue como una cosquilla. Deino enojado por lo sucedido tomó impulso y utilizó placaje, mandando a volar a Fabián hasta que se estrelló con una reja.
-¡¿Pero que a sucedido aquí?! –Era una señora mayor, alta con una falda gris larga, media negras, zapatos marrones y un sweater tejido a mano de color marrón y rayas moradas. Era la Sra. Robins, mi maestra de historia pokémon
-¡Todo a sido culpa de Daniel! –dijo Mario –¡Él y su tonto pokémon han causado todo esto!
-¡Eso es mentira, Sra. Robins! –exclamó Javier -¡Han sido Mario y Fabián los que han empezado a molestarnos!
-Ro-jii-dei –gruñó Deino para ayudarme
-¡No he pedido que me expliquen, me sabe un comino lo que ustedes digan, todo es mentira! –gritó la profesora
Nada ni nadie podría hacer cambiar de parecer a la profesora, simplemente era un ogro.
-¡Pero profesora es verdad Mario y Fabián han empezado la pelea! -dije para suavizar las cosas
-¡Pero que me sabe un comino! –Estaba furiosa –En fin no importa, hoy se gradúan así que no me importa, por favor vayan todos los estudiantes al salón de conferencias. Va a empezar la ceremonia de graduación… ¡Solo no causen problemas!
-¡Bah! Profesora usted si se amarga –dijo Javier con sarcasmo
-¿Algún problema señor Britechnofskii?
Se me olvidó mencionarlo, Javier tiene una descendencia muy antigua y digamos que su apellido es un poco extraño.
-¡Para nada Señora Robins! –contestó Javier asustado
-Lo supuse… -La profesora se dio media vuelta y se marchó lentamente-
-Deino creo que mejor te deberías ir a la casa –le dije a mi pokémon
-Roo-jii –Acto seguido del que se esfumó por el mismo arbusto por el que vino
-Bueno, vayamos de una vez al auditorio. Estoy ansioso por irme de aquí –dijo Javier…
Al concluir la ceremonia, 2 horas mas tarde…
La ceremonia de graduación no fue nada alucinante como la mayoría esperaba. Todos estuvimos ahí, en las togas y birretes que la escuela nos dio para dicho acto. Estuvimos todos los alumnos de la promoción… Yo, Javier… Mario estuvo lejos de nosotros… Se hizo entrega de premios también. Mejor alumno lo ganó Roger. Mejor comportamiento: Angélica. Y por último el premio de “El mejor compañero” lo ganó Andrea –Aunque claro, lo ganó porque está buenísima… Dios, sus ojos azules y su escultural cuerpo hacen de ella la típica chica con la que todos queremos tener algo-.
Durante todo ese tiempo solo pensaba en una cosa ¿qué haré mañana cuando ya sea un entrenador oficial?...
-Bueno amigo, ya somos entrenadores de verdad –dijo Javier
-Si
-¿Qué acaso eso no te emociona?
-Si, si, claro que me emociona… ¿Pero ahora que haremos?
-Bueno… no se tú pero hoy mi papá me dará mi primer pokémon –dijo Javier luciéndose
-¿Y qué harás cuando lo tengas?
-Errmm… Pues supongo que saldré de viaje con mi pokémon, ya tengo todo planeado, partiré a primera hora de la mañana
-¿Irás solo?, ¿Sin nadie más?
-Gabriela me acompañara
-¿Quién es Gabriela? –dije desconcertado
-¿No te acuerdas? La fea esa que tenía los dientes del tamaño de los de un Bidoof y se ponía trenzas… ¿Ya sabes? La que te comenté que dijo que eras lindo
-Si, ya se quien es. Aunque no me acuerdo de eso ultimo –respondí yo
-¡Oye!, ¡Tengo una idea!, ¿Qué tal si vienes con nosotros?
La idea era muy tentadora… ¿Pero que hare con mi padre?, ¿Cómo le diré que me iré?
-Pues no se si pueda… Es decir… Mi padre todavía no sabe y además no estoy preparado todavía para el viaje. Primero tendría que comprar comida, bebida, algunas pokebolas de emergencia
-Todo eso lo puedes comprar en Pueblo Terracota
-Mientras mas rápido empiece mejor para mí -comenté
-Bueno, hagamos algo, ve corriendo a tu casa y pregúntale a tu padre si te da permiso de que comencemos el viaje mañana, apenas tengas respuesta me avisas, ¿te parece bien?
Después de unos segundos de considerarlo, miré al cielo y vi a los pokémon de tipo volador surcando el aire como si fueran las olas del océano… Ese sentimiento de libertad era muy fuerte, así que cerré los ojos y le respondí con una sonrisa.
-¡Vale, deséame suerte!
Sin nada más que decir hice lo que mi amigo me dijo que hiciera y fui hasta mi casa, al llegar busqué a mi papá en todas las habitaciones, para mi sorpresa estaba en el cuarto de ejercicio junto con Deino escuchando una canción de la banda The White Eyed Peas, que estaba a máximo volumen.
-¡¿Oye papá te puedo hacer una pregunta?! –dije gritando para que me pudiera escuchar
-¡¡Claro!! –respondió él también gritando
-¡¿Crees que mañana pueda empezar mi viaje?!
-¡¿Qué?!
-¡¿Qué si crees que mañana pueda empezar mi viaje?!
Se quedó mirándome fijamente a los ojos con la boca entre abierta, obviamente mi pregunta le cayó por sorpresa.
-Pe-pero… ¿Qué harás?
-Pues lo típico de siempre… Deambular por toda Teselia recorriendo los bosques, desiertos y montañas en busca de pokémons para poder superar todos los retos que se me presenten y blah-blah-blah. Lo que todas las personas de mi edad hacen cuando se gradúan
-¡Pero si hay muchos riesgos!, ¡¿Y si caminando te atacan los Beedrill?! –dijo preocupado, aunque lo comprendía claramente
-Pues Deino les pateará el trasero
-¡Roo-jii! –dijo Deino para justificar mis palabras
-Pues… de verdad que no se que decir… Empezando con que los Beedrill tienen un aguijón en el trasero
-¡Oh vamos! Javier me dijo que viajáramos juntos –dije para convencerlo- Además no estaré solo, Deino me acompañará y una prima de Javier también estará con nosotros
-Pues… Ya estas grande… La decisión la tomarás tú, yo también tuve alguna vez tu edad y le dije exactamente lo mismo a tus abuelos para que me dieran permiso –respiró hondo y continuó – me acuerdo como si hubiera sido ayer, yo estaba muy emocionado por supuesto, también partí con un amigo mío y me alegro de haberlo echo, claro cabe destacar que era 3 años mayor que tú pero que voy a hacer… los tiempos cambian
-Gracias padre… -corrí a abrazarlo
El pobrecillo estaba destrozado, soy su único hijo no es para menos.
-¡Ahora mismo llamaré a Javier para contarle!
5 minutos después, hablando con Javier…
-¡¿Qué?!, ¡¿Qué si te dio el permiso?!
-¡Así es, viejo!, ¡mañana mismo estaré en tu casa a primera hora!, llevaré mis ahorros para poder comprar comida en Pueblo Terracota
-¡Vale, tío!, ¡Ya mismo haré mis maletas y le diré a Gabriela que haga las suyas!... Hablando de eso esta tía es fastidiosa, ¡no lleva ni dos horas aquí y ya estoy harto de escucharla!, ¡Tiene mas historias que la Señora Robins!, ¡Uff!, ¡y su pokémon ya me tiene harto, lo único que hace es llorar!
-Tranquilo, Javier no te quejes tanto –entonces me recordé de algo- ¿Y ya te dieron tu pokémon?
-Ehmm… de eso hablamos mañana, ¡buenas noches, estoy impaciente! –dijo descontrolado
-¡Oye no me dejes hablando so… -Javier me cortó la llamada
Por fin realizaría mis metas, me convertiré en un entrenador pokémon junto con Deino, haré grandes amistades -mi padre conoció a mi madre en su viaje, capaz me encuentre alguna chica-, ganaré batallas, medallas de gimnasio… Tenía el futuro planeado en solo 5 segundos… Pero primero lo primero, hacer el equipaje. No fue muy difícil ya que no tengo tanta ropa, empaqué 3 camisas y un sweater, 5 pares de ropa interior, dos pares de medias, un blue jean y un pantalón deportivo, guantes, un gorro, mi pijama con dibujos de Snorlax y mis zapatos deportivos. También metí mi pañuelo de la suerte en uno de los bolsillos laterales pues para que… pues… para que me diera suerte. En el bolsillo mas pequeño coloqué unas cuantas bolsas de comida pokémon de alta nutrición para que por lo menos aguante unos días, y obviamente unas cuantas golosinas y la bolsa de dormir para el viaje. En un pequeño espacio libre metí mi billetera con 10.000 pokéyens –No es tanto, pero me parece suficiente como para empezar-
-Roo-jii
-¿Qué ocurre Deino?
-Roo-jii-dei –Mi mirada se llenó de ternura al ver lo que me quería decir mi amigo, ya que estaba sosteniendo en su boca probablemente uno de los más preciados recuerdos que tengo… La única foto en la que mi madre aparece. Su rubia cabellera hasta la cintura y ojos ámbar deslumbrantes, una pequeña nariz que daba contorno a sus facciones hacían que se viera muy elegante, sus cejas ni muy grandes ni muy pequeñas y pestañas largas que cubrían sus ya mencionados ojos. Al lado de ella estaba mi padre todavía joven, aunque idéntico a la actualidad, y siendo sostenido por ambos estaba yo, un pequeño niño de apenas 3 meses de nacido, aparentemente sin cabello ni dientes, como es de esperarse, claro.
-Si… Tienes razón debería llevar esto
-¡Roo-jii! –exclamó Deino
A la mañana siguiente…
Por las cortinas de la ventana de mi cuarto el sol resplandecía como si ya fuera de mediodía, probablemente sin ninguna nube en el cielo. Mi cama, individual y con sábanas verdes estaban enrolladas sobre mis piernas ya que tiendo a moverme mucho mientras duermo entonces se van cayendo. Al lado de esta estaba una pequeña mesa de noche con una lámpara y unas cuantas fotos de mi familia… O mejor dicho de mi padre, Deino y yo. Del otro lado de la habitación un gran Armario de madera con casi toda mi ropa y además de estas cajas con algunos juguetes que utilizaba cuando era mas pequeño...
Esta era probablemente la vez en que más extrañaría mi habitación…
-¡Reep-Reep-Reep! –sonó el despertador de mi cuarto
Deino siempre se asusta con este sonido, le tiene pánico al despertador, pero con la emoción que provocaba el día, esta vez se levantó de un solo golpe y empezó a taclear mi cama para que me levantara.
-¡Daniel, se te va a hacer tarde para tu partida! –gritó mi padre desde el piso de abajo -¡Javier llamó para despertarte hace como cinco minutos!
-¡Voy! –respondí
Sin mucho que pensar me levanté de mi cama –casi me caigo al piso porque las sábanas estaban enredadas sobre mis piernas- y bajé las escaleras hasta la cocina. La cocina no es gran cosa, de hecho es muy común, con tapicería de cerámica color blanco, un lavaplatos y la estufa y microondas para cocinar los alimentos, en el centro una pequeña mesa como para cuatro personas nada mas; sobre esta ya estaba el desayuno preparado, eran tostadas, huevos fritos y tocineta –Mi padre cocina excelente, por cierto-
En 10 minutos terminé de comer el desayuno…
-¡Roo-jii! –exclamó Deino
-Deino dice que su desayuno también estuvo delicioso –Le traduje a mi padre
-¡Pues me alegro! –Respondió mi padre, quien estaba lavando los platos –Deberías subir a vestirte, recuerda que Javier está ansioso, no es bueno que lo hagas esperar
-No te preocupes ya mismo voy
Volví a subir a mi habitación como es de esperarse y me puse una de las camisas que había escogido para el viaje; muy cómoda por cierto y de mi color favorito; azul. También me puse El blue jean, medias y mis zapatos deportivos.
Tomé mi equipaje y bajé las escaleras nuevamente para irme a la casa de Javier
-¡Roo-jii-Roo-jii!
-Yo también estoy emocionado Deino… Aunque también siento un poco de miedo debo admitir
-¿Roo-jii? –dijo Deino confuso
-Si, si es lo que quiero hacer… -respire hondo –Pero ya no será lo mismo, es decir, ¡Papá ya no estará para defendernos ni ayudarnos!, de ahora en adelante seremos tu, yo y Javier
-Roo-Roo-Roo –dijo Deino para decirme que se me olvidaba alguien
-Si, y Gabriela también
-¡Roo-jii! –gruñó Deino diciéndome que era una gallina
-¡No me digas gallina!
-¿Pasa algo, Daniel? –Intervino mi padre que todavía estaba lavando los platos
-¡No-no!, todo está bien, solo hablo con Deino
-¿Ya te vas?
-Si… Creo que ya es hora de irme
-¡Vale, espérame un minuto, no te muevas! –dijo él y salió corriendo en dirección a su cuarto
Cuando regresó, cargaba en sus manos un aparato un poco extraño.
-Toma; ¡Feliz cumpleaños!... O mejor dicho Feliz viaje, te lo iba a dar para esa fecha pero… ¡Que te puedo decir!, ¡Tu cumpleaños es en Diciembre y apenas estamos en Agosto!
-¡Gracias, papá!
Era un aparato delgado, cuadrado, de color negro, en su inscripción decía IPoké.
-¿IPoké? –dije sorprendido observando el dispositivo, que en un futuro sería mi salvación para mi aventura
-Te lo he comprado por la web, es muy útil, combina funciones de un celular, GPS, calculadora, PokéDex y además tiene más de 1000 canciones, para eso son los audífonos –en efecto, traía unos audífonos que se extendían-
-¡Excelente! –Salté hacia mi papá y le di un abrazo. Aunque él trató de disimularlo noté que unas cuantas lágrimas caían por su mejilla-
Sin duda sería muy útil el IPoké.
-Bueno… Creo que es el momento de dejarte libre, ya estas suficientemente capacitado como para aventurarte, pero por favor, ¡ten cuidado con quien te juntas! –Todavía estaba llorando- No consumas drogas, no fumes, usa condón… Aunque trata de que este ultimo no sea ni necesario, por favor… y no te metas en problemas.
-Si, papá no te preocupes, la seguridad en esta región es excelente hay patrullas en todas las ciudades y puntos de control en la vías –dije en mi intento por hacerlo sentir mejor
-¡Tú siempre tan confiado!
Nuevamente nos dimos un abrazo, al soltarnos Deino se despidió de mi padre y sin nada más que decirnos salimos de la casa en dirección a la casa de la familia de Javier.
No sabía si mi plan de vida funcionaría o si sería exitoso, pero de lo que si estoy seguro es que siempre estaré acompañado de gente que me valora y me comprende, como mi papá…