Aquí van las votaciones de los relatos. ^^
Tenéis para votar hasta el Miércoles 29 y recordad que los premios son:
-Para el 1º= Cinta
-Para el 2º= Firma
-Para el 3º= Userbar
¡Que comiencen las votaciones!Relato 1:Mi padre me contaba esta historia titulada: El Bosque de las Estaciones.
Una flor quería morir antes de que llegase el calor del verano abrasador. El árbol que se encargaba de darle sombra fue talado. Pues se había quedado en la soledad de las plantas. Yo le preguntaba a mi padre por qué no le gustaba estar sola. Y él me respondía: ''Imagínate un día de lluvia en Mayo, en plena primavera estar solo y sin padres que te protejan''. Y proseguía con el cuento. Un buen día de junio, como es el nueve, un niño salió de su casa a ver a su abuelo y se encontró a la planta. Estaba seca... El sol la estaba abrasando... El niño levantó la mirada viendo una enorme explanada de árboles talados.
-No sé si me lo agradecerás o no, pero sé un buen sitio para ti.
La planta se estaba marchitando hasta que el niño la pasó a la maceta la regó. La planta se sintió tan feliz que no paraba de crecer ,de crecer y de crecer. El niño se iba haciendo mayor, se convirtió en adolescente, se casó... Pero cada tarde se pasaba por allí con sus hijos, que habían plantado un árbol pequeñito a su lado como si fueran madre e hijo. Hasta que un día no venía... no venía... Y el árbol se sintió solo... Divisó a lo lejos a sus hijos, ya adultos que venían con una caja cargando a hombros. Y vio que la estaban metiendo en una fosa. El árbol se había sentido tan feliz que no paraba de ser joven, pero el niño envejecía. Y al ver que murió, el árbol retiró sus hojas, que le impedían ver y pudo ver a su alrededor todo el bosque lleno de árboles sin hojas.
De ahí vienen las estaciones: en primavera, se crece; en verano, se recuerdan los momentos felices; en otoño, se está de luto por el hombre; y en invierno, se reúnen para ver la tumba todos los árboles.
Relato 2:Ya son las 6:38… Comienza el alba… Y con ella, un nuevo día. Concretamente, el primer día de primavera… Para los humanos esta estación parecía ser muy especial, sin embargo yo, aun teniendo una capacidad miles de veces superior a ellos gracias a mis circuitos, no logro entender el por qué… Según decían ellos, es por que me falta eso a lo que ellos llaman “sentimientos”. ¿Qué son realmente los sentimientos y por qué no los tengo?
Tristeza, soledad, felicidad, esperanza, envidia, rabia… Son cosas que jamás lograré entender. Tampoco encontré nunca a un humano capaz de explicármelo detalladamente… Y jamás lo encontraré… Los humanos desaparecieron hace ya algunos siglos… Sin embargo, la vida siguió en el planeta. Los animales supervivientes pueblan los nuevos bosques y los llenan de vida… Tal vez si voy hacia allí consiga finalmente hallar la respuesta…
Ya es mediodía, y la temperatura comienza a elevarse… Creo que ellos lo llamaban “calor”… Cuando sentían calor parecían más exhaustos de lo habitual tras ejercer algún tipo de actividad, pero también parecían estar más vivos. Sí, también ella parecía más entusiasmada… Han pasado ya más de quinientos años, pero aún la recuerdo como aquél día, cómo podría olvidar esa cara con aquella diadema de flores encima… Aquellos días parecían ser más cortos de lo normal… Incluso hoy cuando la recuerdo aún noto esta sensación en mi núcleo… Es algo extraño, parece como si algo me funcionara mal, pero jamás he hallado irregularidades al escanear mi sistema… Incluso recuerdo que en un intento desesperado se lo pregunté a ella. Lo llamó “amor”… Es absurdo, yo no soy capaz de sentir algo así, no he sido programado para ello…
Finalmente comienza a anochecer… Mi energía recolectada a lo largo del día a través de las células fotovoltaicas se agotará pronto, así que será mejor que busque algún lugar en el que ningún animal pueda estropearme…
Este sitio parece un buen lugar, debería quedarme ya aquí. No tiene muestras de haber sido pisado por animales en mucho tiempo, incluso hay vegetación que crece libremente sin que la toque ningún herbívoro… Hasta hay flores como las que ella llevaba en su diadema… La sensación extraña vuelve a aparecer… Por alguna razón, me gustaría volver hacia atrás, pero eso ya es imposible…
Lentamente, mis circuitos se apagan… Volveré en la próxima alba.
Relato 3:M.A.D¡Al fin, mi mayor obra como artista ya está acabada! Ya solo falta colocar esto y…
*PLOK *PLOK *PLOK ¿Eh, quién será? Espero que nadie más importante que mi acalorada obra, si no la termino pronto podría sufrir algún daño. Miraré antes de nada… ¿quién va? … ¿QUIÉN VA? … bah, lo dicho, nadie importante. En fin, seguiré con esto, si nada o nadie me lo impide esta primavera les servirá de ejemplo a futuras generaciones sin duda alguna. Bueno, sigamos… el último toque y…
*PLOK *PLOK *PLOK, argh, ¿quién será ahora?, iré a mirar de nuevo… otra vez, no hay nadie. Si vuelve a haber algún tipo de ruido lo pasaré por alto, no puedo dejar esto ahora, y menos aún con tanta floritura sin hacer y tan poco tiempo para hacerlas… ¡AJAJAJA!, mi sentido del humor es fascinante, lástima que solo yo sepa entenderlo.
Bien vale, ya está todo listo, solo queda ver si todo va según lo previsto… hmmm, sí, parece que todo va bien, dejaré buena cuenta de ello ahora mismo.
Y ahora, a ver la tele un rato…
*PLOK *PLOK *PLOK, ¿¡Y AHORA QUÉ!? , ¿QUIÉN VA? … me lo suponía, nadie… En fin, seguiré viendo la tele…
Aquí estamos de nuevo, veo que no te has movido del sitio ¿eh?, oh claro, ¿cómo te vas a mover? Bueno, veo que aparentemente estás bien. Ahora sigue descansando, en el sitio en el que estarás de aquí a poco no lo podrás hacer mucho, con tanta gente mirándote va a ser difícil.
*PLOK *PLOK, ¿¡OTRA VEZ!?
*¡CRASH!, ¿eh?
–¡Alto ahí, te hemos pillado! – ¿?
–Jefe, ¿este era el sitio que nos dijeron de madrugada en la señal de emergencia? – –Si aún no me he vuelto loco, y creo que no, sí, este es el sitio– –¡Jefe que es eso! – –¿A qué te refier… ¡Dios mío! – –¡MIER...! – –Dónde está el autor de… de… ESTO – –Creo que ha escapado al bosque jefe – –¡Pues que no lo haga, pide refuerzos y sigámosle!–Jeje, parece que al final les ha gustado. Espero que reciba el reconocimiento que merece tal obra de arte. Ahora me tomaré un año sabático bien merecido, y quizá les haga otro regalito…
FIN
Relato 4:El corazón de un ángel perdido está en la tierra.
Dime, ¿Qué tiempo hacía en ése día? ¿Calor? ¿Viento? Sólo recuerdo que caminaba por un campo lleno de asfódelos. De todas las sombras que se proyectaban en el suelo, una, mayor que la de cualquier ave, cubrió mi sendero. Eras tú, que escapabas volando.
Siempre había pensado que las alas que se añadían a los ángeles en las estampas eran sólo fantasía ¿No encuentras ridículo todo ello? Yo sí, casi tanto como la forma en que caíste, cuando un par de disparos hizo que tus níveas alas se tiñeran de escarlata brillante.
El sol aún no estaba en lo alto, y sin embargo creí que era de día por la luz de tus heridas. ¿Cómo sabías mi nombre? ¿Eras mi ángel de la guarda? no lo creí. Ahora mi ángel de la guarda necesitaba de mí ¡Hábrase visto!
Fue muy difícil levantarte del suelo. Y más difícil fue correr. ¿porqué tu sangre era tan fría, tanto como para formar suave escarcha roja en mis manos?
¿Qué clase de nombre es “Galactorro”? Siempre imaginé que los ángeles tenían nombres griegos o arameos. Pero tomé como verdadero ése, “Galactorro”, por ser tan lejano y extraño, como sólo puedes serlo tú.
¡Cuántos días, tan serenos y apacibles, me obsequiaste! Me hablaste de lo diminuto que son el mundo y las estrellas, vistos desde lo más alto. No dejabas de reprocharme, sin embargo, mis malos hábitos, a veces con la promesa de que si era bueno iría donde había eterna primavera. Debo decir que la única razón que tenía para ir ahí eras tú, pero con el tiempo tus lecciones me dejaron de importar. Tus promesas me parecían mendaces. Detrás de mi sonrisa ardía la llama del aborrecimiento.
Ya sabes lo que ocurrió. Salimos al bosque y ahí fue donde, justo cuando cortaba una flor para ti, que te apresaron, te encadenaron y terminaron por comer tu fulgurante carne y beber tu gélida sangre. ¡Amarga pena perder una porción del paraíso en esta podrida tierra!
Lo que no sabes es que yo te entregué. Sí, había hecho tratos con los mismos que rompieron tus alas. La flor era la señal convenida. Mi paga fue la de ser encerrado en esta mazmorra, soñando aún con tu perdón, dulce Galactorro, aunque no sé si puedas oírme ahora que no tienes oídos y yo no tengo lengua.
Relato 6:Aquel monstruo era gigantesco, su ígnea armadura caldeaba el ambiente de forma que, en aquel antro se creaba un calor achicharrante. Estaba yo observando estas cosas cuando el vozarrón de Shallen me sacó de mis pensamientos:
- ¡KOLINK! ¡MUEVE TU MALDITO CULO!
- ¡Es lo único que queda en mi cuerpo sin calcinar, pero lo intentaré!
Media hora de sangre, golpes y acero más tarde conseguimos el objeto que tanto esfuerzo nos había costado: El ojo de Shiva.
Era una joya de un valor incalculable, un zafiro del tamaño de un puño con incrustaciones de diamantes.
- Esto debe de valer una fortuna en la capital ¿no?, -me dijo
- Hmmmm... ¿Seguro que no lo perderás antes de venderlo?
- ¿Se han cambiado los papeles ahora? Aquí el enclenque eres tú
- ¿Ya estáis otra vez con esas?, -sonó la voz de Cintia por detrás, que no había movido un dedo por ayudar en el combate.
- Mira, aquí la que menos derecho tiene a quejarse eres tú, así que cierra la boca, que aún quedan tres días de camino hasta el mercado, luego venderemos esta baratija y si todo va bien podremos jubilarnos como unos reyes.
Partimos al día siguiente, pasamos por un bosque, donde la Primavera estaba en su máximo esplendor: flores por todos lados, pájaros cantando, insectos… (Omito los detalles acerca de las cómicas situaciones que provocó la fobia de Cintia hacia los insectos)
Llegamos al fin al mercado de Hyaku, la capital, allí había mercancías de todo tipo, y entre ellas un tipo tuerto que negociaba con joyas. Shallen dijo sin sentir demasiada emoción:
- Bueno, aquí nuestros caminos se separan, ¿Volveremos a vernos?
Cintia en un arrebato de “emoción” abrazó a Shallen y le besó en los labios, Shallen se quedó como un idiota durante medio minuto, durante el cuál Cintia se marchó.
- ¿A qué venía eso? – pregunté yo
- Envidioso, - me dijo él, - Kolink, recuerda este día como el día que nos hicimos millonar… ¡MIER...! ¡SERÁ HIJA DE...!
Relato 7:Enamorada de un sueñoMe desperté, con una gran sonrisa en mi cara y mi corazón seguía agitado, supongo sé que preguntaran él porque, está bien, se los contare.
Era otra típica tarde de verano, hacia demasiado calor y hacer actividades bajo el sol me agotaba demasiado así que fui directo a recostarme a mi cuarto junto a un agradable ventilador, mi madre insistía en que hiciera algo más productivo y que no estuviera de floja, pero sus órdenes se hacían menos presentes mientras yo me sumergía en mi sueño.
Ahora no estaba en mi cuarto si no frente a un grandioso bosque, era muy espeso y costaba ver entre los árboles, solo había un camino posible entre ellos, el cual tome para entrar al bosque. En él me sentía realmente bien, el calor y la sofocación se había ido, tal vez porque no era verano en el sueño, más bien primavera. El camino estaba bastante bien pero si había un camino ya hecho significaba que alguien ya había estado ahí, así que quise hacer mi propia ruta.
Difícilmente podía pasar a través de los arboles pero ya me había adentrado tanto que no recordaba hacia donde estaba el camino, siguiendo me encontré con un claro lleno de distintos tipos de flores pero había una en particular que me llamo la atención, era una flor muy llamativa, algunos de sus pétalos cambiaban seguido de color, estaba a punto de tocarla cuando un movimiento algo brusco se hizo presente atrás mío, donde terminaba el claro y seguía el bosque, voltee rápidamente pero no había nada así que volví la cabeza para seguir observando la flor pero para mi sorpresa esta ya no se hallaba, solo había un rastro de brillos en el suelo que conducía hacia el bosque.
Me encontraba de nuevo entre arboles siguiendo el camino de esos peculiares brillos el cual me condujo a un claro mucho más grande y esta vez con un lago en medio y a la vez una isla pequeña en medio de este. Nade hasta dicha isla y en esta se encontraba un hombre, bastante guapo, se acercó a mí con tal seguridad como si me conociera de toda la vida, en sus manos traía la flor que observaba antes, extendió su mano y me la dio, este era un momento maravilloso y bastante bonito, yo agarre la flor y acerque mis labios a los suyos, y justo antes de besarlo desperté. Volví a mi caluroso y sofocante cuarto con mi madre gritándome que debería de hacer…
Relato 8:Un dólar
Basado en hechos reales
Dwayne Valentine tenía muy claro cuál era su objetivo cuando se levantó del cartón que hace unas horas colocó cuidadosamente a modo de silla. Durante un instante se miró, reflejado en los cristales de un hospital, y observó su cabello entrecano que enlazaba con una barba aún azabache. Una persona normal apenas habría visto su silueta borrosa e irreconocible, pero él, acostumbrado a la vida en la calle, se había resignado a que ese fuese su espejo particular. Había aprendido a ver las papeleras, los postes, las fachadas… de una forma especial, y las usaba para tareas para las que ni sus propios diseñadores se habrían imaginado que están preparadas. Vivir en la calle es como vivir en la jungla, solía repetir, se debe sobrevivir con lo que te ofrece el entorno, solo que aquí los bosques son de edificios que rozan el cielo.
Pasó por un parque en el cual los árboles tapaban el cielo. Un jardinero regaba un puñado de flores que parecían esperar agua con auténtico fervor. La primavera sucumbía poco a poco al calor del verano. Una brisa acarició la melena de Dwayne, que de repente comenzó a recordad las palabras de hace unas horas:
-No puede solicitar ese tratamiento. No tiene usted ningún tipo de asistencia médica contratada.
-¿Pero la asistencia pública…?
-No puede tener asistencia pública si no efectúa el pago de sus impuestos.
La misma sensación de rabia se apoderó en el presente de Dwayne, que torció el gesto.
-¡Mire! ¡Me estoy muriendo! –Dwayne se desabrochó su vieja camisa, mostrando una infección violácea que se extendía por su pecho- ¡Debo ser tratado!
-No tiene otros síntomas. Podría ser un simple cardenal. Pero no tiene posibilidad de realizar un chequeo. Le ruego se marche de aquí.
Dwayne prefirió evitar problemas con los guardias, así que se fue, no sin blasfemar por lo bajo y apretando los puños. De repente, la escena se difuminó y se encontró a unos pocos pasos del banco nacional. Sacudió la cabeza y trató de conferir a sus ojos de un brillo amenazador a la par que serio. Las puertas se abrieron automáticamente, y se puso a la cola de la taquilla de transacciones menos visible. Por suerte, cuando le llegó el turno, no había nadie tras de sí.
-Buenas tardes. ¿En qué puedo ayudarle? –dijo aburrida de forma genérica la mujer en la taquilla.
-No hable. Esto es un atraco. Deme un dólar. Llevo una pistola en el bolsillo y no quiero usarla. –sus ojos no dejaron de mirar los de la mujer ni un segundo.
La mujer, con temblores en las manos, desapareció unos segundos antes de entregarle el flamante billete verde de un dólar a Dwayne. Este prosiguió:
-Voy a sentarme en ese sillón a esperar a la policía. No grite ni dé la alarma entre los empleados. Sólo llame a la policía.
La mujer, más extrañada que asustada, asintió. Dwayne, en tensión por ver su plan en vilo, se sentó en el sillón que había señalado a la mujer y rezó porque ésta llamara a la policía y no a los loqueros. Cuando cinco hombres se acercaron a él y le comunicaron que les acompañara a la comisaría, apenas pudo contener su sentimiento de satisfacción. Sin oponer resistencia, salió por su propio pie, junto con los policías de paisano, del banco. Sólo una persona sabía lo que pasó, y aún pensaba que estaba delirando.
Unos días más tarde, Dwayne Johnson estaba en una celda ataviado con un polo naranja fosforito. Tan sólo unas cuarenta horas antes, el juez le declaró culpable de un hurto y le condenó a diez meses de condena. Casi no podía contener la risa. Verdaderamente su plan era perfecto.
El carcelero abrió la puerta diciendo que debía ir a la revisión médica. Mientras era escoltado por dos guardias, oyó como el carcelero le llamaba loco desgraciado. No sabía lo equivocado que estaba.
La consulta estaba muy iluminada en comparación con su celda. El doctor era un hombre anciano, de unos setenta años. Lo primero que dijo fue:
-Desnúdate y veremos si tienes algún problema. No podemos permitirnos el lujo de tener una epidemia en la cárcel.
Dwayne soltó una pequeña carcajada. Su plan se había cumplido.
Relato 9:Vida aflorada.Hola.
No soy más que un gladiolo en la nada. Me rodeo de terreno vegetal con hierba húmeda y acalorada y más flores como yo. Un gran árbol da sombra a unos tulipanes y les protege del calor intenso de finales de la primavera. Nací y crecí rápida y espontáneamente durante lo que lleva de primavera, he vivido a base de agua de lluvia y el aire que me rodea. El sol nace cada mañana para alumbrarme a mí y a mis amigos para más tarde ocultarse bajo el horizonte y dejarnos a oscuras. La señora Luna sale entonces.
Y así eternamente, hasta que hace poco empecé a producir polen, pues soy una flor macho.
Varios soles después el polen desapareció, pues Don Viento se lo llevó. Espero que alguna flor hembra haya podido recoger el polen y pueda haber más gladiolos en este sosegado campo. Sosegado hasta que una fuerte tormenta con fuerza de huracán enfadado nos trajo agua de forma violenta. Hasta don viento parecía enfadado entonces. Las nubes que había sobre nuestras corolas y que nunca estaban quietas eran las que nos proporcionaban agua, pero en ese momento estaban intranquilas por algo, y muy negras por cierto.
Y una luna después se calmaron y el sosiego del prado volvió. Se formaron varios charcos y algunas abejitas purulaban por allí en busca de nuestro néctar. Otras criaturitas salían también para bañarse y mojarse. Qué bonito era. Quería unirme a ellos, pero no podía. Estaba desesperado porque mis raíces no se levantaban del suelo y me obligaban a estar quieto observando la escena repetitiva de cada sol y luna.
El verano estaba dando su fin. Las hojas de los pocos árboles que me rodeaban y que formaban un bosque en miniatura ya no daban sombra, porque se caían y tomaban un color anaranjado. No sabía por qué ocurría. Pronto empecé a comprender que la estación temida por todos acababa de empezar, y se trataba de lo que llamaban otoño. Todo tomaba colores rojizos y se secaba, marchitándose. Como me empezó a pasar a mí. Todo se empezó a tornar negro, igual que las nubes furiosas que una vez se molestaron. O igual que cuando el señor sol le deja paso a la señora luna. Pero esta vez no había agua cayendo ni luna en el cielo. Empezaba a sentir temor por lo que me fuera a pasar, pero luego entendí que era normal que todo se apagase y mi corola se cayese lentamente. El invierno comenzó cuando mi corazón se marchitó.
Adiós.
Relato 10:-Padre, por favor, deje su verborrea sin sentido para mañana. Nadie ni nada se acerca, ni corremos peligro alguno ni va a ser la última noche de su vida. ¡Y no pienso quitar esa bonita maceta del alféizar de la ventana!
El joven administrador, ya nervioso debido al asfixiante calor, empezó a alejarse malhumorado de la habitación que tan amablemente le había ofrecido el rey para tratar a su padre de curar su enfermedad.
El anciano, postrado en una cama de plumas de ganso, no hallaba sosiego en la bellamente decorada estancia. No paraba de mirar la flor tan extrañamente pálida que descansaba frente a él. No hizo nada más que voltear la cabeza un instante cuando sintió una ponzoñosa punzada en su garganta. Ni siquiera pudo esbozar una mueca de dolor.
El joven se hallaba ya en los pasillos exteriores de palacio. Era una primavera calurosa. En todo el reino, desde nobles hasta campesinos intentaban adornar sus hogares con los detalles florales más exquisitos para éxtasis visual de los vecinos o, simplemente, para dar sombra a los exhaustos hombres del campo. De repente oyó una serie de gritos. Con una terrible sensación se dirigió presto al salón real pero antes siquiera de doblar la esquina algo carnoso y tremendamente afilado le atravesó el pie izquierdo, haciéndole caer. Ya en el suelo lo vio todo.
Inexplicablemente el palacio había sido invadido por extrañas plantas... ¡cómo a la que su padre tanto horrorizaba y que descansaba en su ventana! Consiguió desasirse de ese horripilante ser y corrió a la habitación de su padre, cojeando.
Lo único que quedaba de él era una masa amorfa y sanguinolenta de raíces, carne y sábanas.
No quedaba nada que hacer. Raíces, ramas, hojas, tallos, flores,.. todo un bosque se arrastraba por doquier, perforando órganos y miembros, absorbiendo sangre, creciendo más y más con esa masacre. No entendía el porqué de aquello, sí algo así pudiera explicarse.
Se quedó inmóvil viendo arrastrarse hacia él la más sombría y terrible de las muertes.
__________
-Cariño, ¿qué es eso de que algo horrible les ha ocurrido a los del reino limítrofe al nuestro? Son simples pesadillas. Venga, duérmete ya.
El padre cerró la puerta de la habitación de la niña y se dirigió con su esposa al austero salón de la casa.
Siéntate-le dijo amablemente la mujer al marido-, hoy has tenido un tedioso día, y encima la niña te molesta con mentiras.
-Querida, no sé lo que he visto en los ojos de nuestra hija, pero no mentía. No, no mentía...
Relato 11:Una noche especial.
- ¡Por fin! - Gritó Laila - ¡Ya se acabó todo hasta Septiembre! - Mirna respondió con tristeza - No puedo decir lo mismo...
Las dos amigas habían acabado los exámenes y Laila ya había hecho las pruebas de acceso a la Universidad, pero Mirna no, al haber suspendido 2 asignaturas, ahora las dos estaban por la calle regresando a sus casas, tras haber quedado a tomar algo tras el último examen de las pruebas de acceso de Laila.
- Tranquilízate, ya verás como lo consigues. - Le dijo Laila a Mirna.
Al día siguiente las dos adolescentes decidieron ir a la piscina pública de su ciudad para relajarse, y para divertirse.
Por la noche decidieron subir a un lugar elevado cercano a la ciudad de las dos, para tumbarse en la hierba.
- Que bien se está aquí, no hace ni frío ni calor aunque si un poco de viento un tanto refrescante - Contó Mirna.
Las dos observaron la noche estrellada, sin apenas nubes y con una luna creciente brillante.
- Primavera, verano, otoño, invierno... - Dijo Laila a lo que Mirna respondió extrañada - Laila, ¿Qué dices?
- La vida es así, primavera, verano, otoño, invierno, vacaciones, clases... todo son ciclos... - Dijo Laila.
- Tienes razón, ¿pero que inconveniente hay con ello? - Preguntó Mirna.
- Ninguno, simplemente, es curioso, la vida se rige en eventos periódicos y no periódicos - Dijo Laila.
Pasaron unos instantes, calladas, y Mirna se puso a mirar una flor y pensó ¿Ciclos?, y empezó a entender lo que dijo Laila. Después pensó en un bosque que apenas cambiaba con los años, ¿O si?, pensó la chica.
- ¿De dónde venimos y adónde vamos? - Dijo Laila al cabo de un rato mirando las estrellas.
Mirna pensó, pero no sabía responder, después de todo nadie sabe con seguridad esas respuestas, pensó.
- Al lado del universo, somos insignificantes, ¿Verdad? - Dijo Laila a lo que Mirna contestó:
- Depende del sentido que se vea, cada vida independiente, pero sin ser independiente, cada cosa, cada elemento..., todo es relativo... - a lo que Laila respondió después de unos instantes, - Tienes razón - Dijo Laila - Bien pensado.
Después no dijeron nada más hasta...
Las dos vieron el sol y... - ¡Nos hemos dormido! - Exclamaron a la vez.
Las dos se fueron de allí corriendo, y volvieron a sus casas.
Después de eso pasaron un buen verano, Mirna estudiando y Laila aprendiendo cosas nuevas, pero también divirtiéndose de muchas maneras, pero esa noche Mirna, la recordaría en su totalidad. Menos a veces es más.
Relato 12:Erase una vez, en una gran pradera, una pradera tan verde tan verde que sólo dejaban pasar a las ovejas mayores de 18 años, un chico y un cuadrúpedo. Todo era feliz para todos, menos el cuadrúpedo.
-Juaaan, Manolooooooo. ¡A comer!-Gritó su madre- Pero... ¿Manolo, que haces debajo de Juan?
Dado que su madre le había descubierto, nuestro prota, el tal Juan, tiró de los calzoncillos a su hermano. Todo correcto de no ser que su hermano, a parte de burro también era cerdo, y se tiró un pedo que retumbó hasta causar el terremoto de Japón. Pues bien era sabido que Manolo sabía controlar esa magia que fluye por tu interior y que acaba en una fétida explosión de sabor.
Pero volvamos a lo que nos interesa. Era una calurosa mañana de primavera, y entre tanto calor, su madre cuidaba las flores con abono natural (O sea, se cagaba en ellas), su padre descansaba (En su ataúd), su hermano se había hecho inteligente (o eso creía) y él navegaba por la red.
De repente, y sin saber por qué, entró en la pantalla colándose entre el cristal, saltando todas las leyes de la física y todo eso. En menos de un minuto, había salido por la parte de atrás de la pantalla y había vuelto a ser normal.
-No es posible-pensó. Debo de estar en un sueño. Voy a tirarme de un edificio de 40 pisos y así me despertaré.
Se fue andando y lo máximo que encontró nuestro amigo ( y no, no es el Paco) fue un edificio de 20 plantas. Así que decidió tirarse dos veces, lo más lógico que se le podía ocurrir.
El principal problema era como entrar, ya que la puerta estaba cerrada. Vio a un tío feo, pero tan feo que podía hacer llorar a una cebolla. Del susto, echó a correr, tropezó con un muelle que estaba en un árbol y del rebote se coló en la terraza del edificio.
Todo estaba preparado, estaba a punto de despertar de ese horrible sueño en el que estaba metido, porque fue horrible ver la cantidad de polvo que había en los componentes de su ordenador. Se preparó, saltó, y se despertó del sueño. Ahora ya sabía que era sonámbulo y que no hacía falta un piso de 40 sino uno de 20 para morir. Una pena.
Relato 13:
La flor roja
Las lágrimas corrían por sus mejillas mientras sostenía aquel objeto brillante y plateado en su mano y, lentamente y con miedo, lo acercó hacia sí para poder salir de todo eso...
Todo comenzó cuando llegó un día a casa de sus clases diurnas. En cuanto abrió la puerta, notó un aire de soledad. Llamó a su madre pero nadie contestó. Después de llamarla 6 veces, empezó a llorar mientras seguía intentando que su madre le respondiera. Su padre, harto del ruido, la amenazó:
“¡¿Quieres callarte?! ¡Ya deja de llorar! ¡Déjame ver la televisión en paz o vas a ver!”
Laura, con miedo, preguntó titubeando: “¿D-dónde está mamá?”
“¡No está! ¡Se fue! ¡Se largó para siempre de aquí para que cuide de ti y de tus niñerías!”, su padre parecía perder la paciencia de tener que aguantar escucharla y no ver el partido. A lado, tenía el control remoto y tres botellas de licor, dos de ellas vacías y una a medio acabar.
Laura no pudo contener las lágrimas y corrió a su dormitorio. Su padre suspiró aliviado de haberse librado de ella. Su madre siempre la había defendido de su padre cuando se ponía agresivo por su alcoholismo. Ahora, se sentía sola y abandonada. Lloró desconsoladamente hasta que se durmió.
Los siguientes años de Laura fueron como vivir en una prisión. Su padre constantemente llegaba ebrio y la golpeaba hasta que se hartaba. Incluso, su padre intentaba abusar de ella de vez en cuando pero Laura, afortunadamente, se podía resistir a eso. Laura lloraba todos los días, esperando que algún día, su madre llegara para llevársela de ahí. Odiaba a su madre por haberla dejado ahí, pero al mismo tiempo, se sentía feliz de que su madre haya tenido el valor de irse.
Un día, su padre llegó con una furia enorme. Había sido despedido de su trabajo por alcoholismo. Su padre, queriendo desahogarse, volvió a agredirla físicamente. Laura, con una fuerza que nunca había utilizado, logró darle un golpe en la cara que lo confundió un momento. Corrió hacia la cocina, y tomando un cuchillo de la cocina, amenazó a su padre. Su padre retrocedió. Instantáneamente, Laura corrió al bosque cercano a su casa. Cansada, y con ansiedad de salir de todo eso, tomó ese objeto plateado, que brillaba a la luz de los pocos rayos de sol que atravesaban el cielo ese día, como una luz de libertad. Laura sentía un calor extraño en su interior, como si lo que estaba pensando en hacer, fuera a librarla y a sacarla de ahí para siempre. Era un sentimiento agradable. Prefería eso antes que seguir viviendo esa tortura. Lo tomó, y con fuerza, deslizó el objeto a lo largo de su brazo. Se desplomó, su sangre corriendo hacia una pequeña flor que crecía ahí, siendo lo último que vería. Todo se volvió oscuro...
Desde ese día, esa pequeña flor se tiñó de un rojo sangre, y todas las primaveras, la flor adopta ese color, como si contuviera una parte de la vida de Laura.
VOTACIONES:
-R.1: -M- -M- ~
-R.2: -M- ~ ~ -M- ~ ~ -M- ~ -M- ~ -M- ~ -M-
-R.3: -M- -M-
-R.4: ~ -M- -M- ~ -M- -M-
-R.5: ~ ~ ~
-R.6: ~ -M- ~ -M-
-R.7:
-R.8: ~ -M- -M- ~ -M- ~ ~
-R.9:
-R.10: -M-
-R.11: ~
-R.12: -M-
-R.13: -M- ~ ~ -M- -M- -M- -M- -M- -M- -M-
