Querida Madre:
Quizas estas sean las últimas palabras que te dedique, tengo pensado suicidarme, te pido que no llores cuando veas esto, odio cuando lloras.
He pasado noches enteras sin dormir, me he cortado las venas y los días pasan tan lento, esta culpabilidad que siento es demasiada, me iré al infierno, no meresco el perdón de nadie, he matado a mi hermano.
Se que pensabas que el había muerto a manos de unos asaltantes, pero esto no es cierto, un día yo venía de haber tomado, no sabía ni mi propio nombre, le había llamado para que me recogiera, llegó enfadado y gritandome, no soporté y saqué un arma que traía escondida en mi pantalón, lo amenazé pero el saltó hacía mi para detenerme, entonces el arma se me disparó, el murió casi inmediatamente rogandome que tu no supieras la verdad, con el shock de ese momento perdí el conocimiento, inmediatamente después recuerdo haber estado contando la historia a la policía, mi hermano a partir de ese momento había muerto porque unos asaltante le habían disparado.
Sufrimos mucho tu y yo, puesto que mi padre murió por culpa de unos asaltantes, pensabas que no había ninguna salida y yo descaradamente te consolaba diciendo que todo estaría bien.
Encontraba en el alcohol una salida a lo que sentía, pero mi necesidad se
hacía mayor, quería olvidar todo y descubrí las drogas, olvidaba todo y me sentía ''bien'', pero más tarde comenzé a ver a mi hermano, el se encontraba enfadado todavía, le gritaba que me perdonara por lo que le había hecho, pero el solo no decía nada.
La presión se hacía mayor, la gente me veía, no soportaba eso, moría de angustia, sentía que algo o alguién me perseguía, y sentía un odio en el ambiente por donde pasaba.
Ayer, mi hermano entró en mi habitación, se quedó callado la mayor parte del tiempo, no podía hablar, la sangre seguía saliendo pero seguía de pie, le pregunté que porque hacía esto y me respondió que me hiría al infierno.
Ahora que lo pienso, no creo que merescas leer esto, soy un asco de persona, si es que así se me puede llamar, así que no sabrás más de mi jamás, ha llegado la hora, he cargado el arma y la he puesto en mi cabeza, adiós para siempre.
-Con cariño, Alejandro.
Un ligero momento de inspiración, necesitaba escribirlo, aunque sea bastante corto, saludos ^^.