Un usuario me sugirió cuando pedía ideas que hiciese un relato de amor. ¡Y aquí está!
Disfrutad el relato.
http://www.youtube.com/watch?v=xiHA7Aw2GiE
Lluvia escarlata.
Aquella noche, miles de gotas caían en el cielo nocturno. Las farolas emitían un suave brillo naranja, convirtiendo la calle en un paseo dorado, reflejando sobre los charcos miles de estelas que surcaba la luz por aquellas calles, distorsionadas por la engañosa imagen del agua en ellas. Se trataba de una lluvia tenue, suficientemente densa como para que los transeúntes portasen un paraguas junto a ellos. Parecían miles de setas, luciendo sus capuchones sobre un paisaje otoñal de casas cuyos muros de piedra permanecían húmedos o calados por el temporal reciente. Negros… rojos… Blancos… De cuadros… con rayas… Diversas formas y colores se aventuraban sobre el paisaje, en distintas direcciones, moviéndose como si de una danza continua se tratase. ¿No era ciertamente bello?
Había sido una tarde maravillosa, como todas las que habíamos tenido. Me había dejado el paraguas en casa, saliendo solamente con la capucha de mi sudadera para protegerme de las gotas de la lluvia. Llegaba tarde, a pesar de que no le importase. Ella sí llevaba un paraguas. Rojo oscuro, escarlata. Un color alegre para aquella época. Nada más verme calado hasta los huesos, soltó una risita aguda, compadeciéndose de mi situación. Nada más hacerlo, me ofreció su paraguas, y me cobijé junto a ella bajo la lluvia. Nuestras manos se estrecharon entre ellas, y se enlazaron durante aquella tarde.
Era preciosa. Año y medio juntos, y seguía pensándolo: Era preciosa.
No podía evitar pensar en sus ojos. Vulgarmente marrones, pero sin embargo con un brillo almendrado en ellos. Cada vez que me miraba, podía sentir aquel brillo, como si toda la luz de aquel lugar fuese recopilada en su mirada. El pelo castaño, anteriormente liso, se había ondulado a causa de la humedad. Normalmente, odiaba que sucediesen aquellas cosas, y estuvimos comentando todos aquellos incidentes que nos había pasado las anteriores semanas. ¿Había contado que no nos habíamos visto desde hace dos semanas? Creo que se me había olvidado decirlo. No podíamos evitar estas ausencias: Ausencias inesperadas… estudios… tales eran nuestras condiciones, que ni un mísero mensaje de texto pudimos haber compartido. El agua caía formando pequeños fluidos por los extremos de su paraguas. Le acaricié la mejilla, dedicándole una sonrisa. Ella, dulcemente, me la devolvió.
Aquella sonrisa me llevó a tiempos pasados. Cómo la conocí… nuestro primer beso... nuestras noches entre las sábanas… La verdad, todo aquello fue como una explosión en nuestras rutinas. Ninguno de los dos esperábamos que nuestros futuros fuesen a juntarse de esta forma. Que cambiasen de esta manera.
Pero su sonrisa no había cambiado. Seguía siendo la misma.
Hacía un poco de frío en el ambiente. El viento otoñal arreciaba con gusto y timidez, como era habitual de él. De vez en cuando, alguna ráfaga soltaba. Causa de esto, nos vimos obligados a refugiarnos en algún lugar. Pasamos un par de horas bajo el refugio de los soportales, compartiendo todos aquellos momentos juntos que merecía la pena recordar. Reíamos y seguíamos riendo. Reíamos por todas aquellas estupideces hechas en el pasado. Por todos aquellos recuerdos entre nuestros amigos. Por todas aquellas citas en verano. Dos semanas de distancia realmente daban para mucha conversación.
Y sin embargo, detrás de aquellas risas, tenía miedo. Un miedo que acosaba mi interior, detrás de mi mirada de alegría. Un miedo irracional, de providencia desconocida. Sí… podría ser… ¿Podría ser miedo a lo desconocido? ¿Miedo a qué pasará después de todo esto?
La tarde pasó y pasó, hasta que la noche se fue formando. Ya nos íbamos de vuelta. Aquella cita había sido muy ligera, y un poco molesta por culpa de aquel desagradable temporal. Volvíamos a pasar por el mismo lugar que habíamos quedado: Una plazoleta llena de árboles, teñidos de rojo, fusionados con varios edificios de piedra así como un suelo de esta. La lluvia no se había atenuado aún.
Me detuve junto a ella. El paraguas escarlata giró en torno a nosotros, sacudiendo las gotas restantes que quedaban al caer. La acaricié de nuevo la mejilla, y volví a sonreír, como había hecho al principio del día. Pero esta vez, ella supo detectar que aquella no era mi verdadera sonrisa. No pude evitar esbozar una mueca seria. No era momento para sonrisas. Decidí explicarle todo.
Bajo aquel paraguas escarlata, su sonrisa se desvaneció.
“¿Por qué?” Me preguntaba.
“¿Por qué, por qué, por qué, por qué?”, decía, mientras que sus lágrimas caían.
Y cuando le vi llorar…
No sabía qué responder. No sabía nada en aquel momento. Solamente verla así me había hecho replantearme todo lo que acababa de hacer en menos de un minuto. Mi corazón había quedado paralizado, contemplándola, mientras que ella sollozaba silenciosamente.
Llegaba el momento de irse. No podía aguantar más ahí. Realmente no me arrepentía, pero el hecho de estar junto a ella un momento más me incitaba a huir de allí. El nudo en mi estómago se hizo más fuerte. El rímel de ojos se le corría poco a poco, y notaba como su mano se aflojaba a la mía. Le di todas las explicaciones que pude, pero sin embargo, seguía dándome pena. ¿Cómo se siente uno cuando le abandonan una noche de otoño como esta, con la lluvia cayendo sobre tu cabeza? Nunca me planteé aquella pregunta. Sus lágrimas continuaban cayendo, una tras una, hacia el suelo empedrado.
El silencio reinó en nuestras facciones. Los dos, en un paisaje naranja, bajo una lluvia gris y un paraguas escarlata.
Y entonces, nuestras manos se separaron, y no volvieron a juntarse nunca más.
Adiós.
Buena historia, pero le falta sustancia.
Es algo que no se puede describir. No se... le falta algo.
Está bien, sí, pero encuentro algún que otro fallo, bastante subjetivo, eso sí.
Creo que deberías haber dado más explicaciones de la ruptura en sí y de todo en general, al principio sí era jugoso, pero este fue perdiéndose con cada letra que escribías.
Desde mi punto de vista te pasa lo contrario, por así decirlo, que a mi, describes muy bien las escenas, cada momento, pero me habría gustado que dieras más datos sobre los lugares y personajes.
Algo que me ha gustado es la división de los párrafos, para mi muy acertada, la verdad, excepto en la parte del diálogo.
¡Bien, me ha gustado! Pero, al igual que la cita, se me ha hecho bastante ligero.
Espero pronto otro relato, esta vez con más chicha (?)
Veo que los dos coincidís en que le falta chicha: Si tanta chicha queréis, a la próxima va un relato porno, con aliens, superpoderes, y muertes. Pero sobre todo porno.
Okno, en realidad, este relato está escrito en un tiempo récord. Fui a toda hostia XDDD Y además, me da mucha pereza editarlo. Si hubiese descrito la cita, sería contenido claramente de relleno, ya que sería más material empalagoso del habitual: "Fuimos a cazar con rifle en mitad de la ciudad y matamos 3 personas. Oh, cariño, te quiero mucho". Ew.
Lo mismo digo con la ruptura, aunque eso fue más bien porque no se me ocurría nada xddd
HAHAH, ¿Has oído eso, Gravy? Mis separaciones de párrafos son buenas, no cómo tú decías (?)
deberían haber muertos todos
(http://weknowgifs.com/wp-content/uploads/2013/08/i-dont-give-a-fuck-pocahontas-gif.gif)